Un Destellito en las manos de Dios.
El Antejardín.-
Destellito, cuando llegó al lugar donde vivía, tomó la Biblia que estaba sobre una mesita, y la abrió para leer:
“Sécase la hierba, marchítase la flor; más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre”. Isaías 40: 8
Las causas que provocan que la hierba se seque o que la flor se marchite, son diversas, sin importar cual, al final del proceso, han perdido todo aquello que provocaba admiración al contemplarlas, perdieron su olor, también el color, y la vida. Dice la Escritura que todo puede suceder a la naturaleza, como está pasando hoy, ejemplificándolo en su forma más simple, en la hierba que se seca y en la flor que se marchita.
Ese proceso natural de degradación no afecta a la Palabra de Dios.
La Biblia, es la Escritura eterna, es la que permanece en los tiempos de los tiempos, que cuando se acepta a Cristo Jesús como suficiente Salvador personal es escrita en el corazón de aquellos que lo han hecho. Su comprensión está al alcance de los que tienen a Jesús en su vida, no hay otro modo para entenderla. Si usted quiere leer la Biblia y entenderla claramente, debe dar el paso que cambiará su vida, abra la puerta de su corazón al Señor, expresó Destellito.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org