¿QUÉ ESTÁS VIENDO?
Al no tener alternativa de entretenimiento, ya que éramos niños, solíamos encontrarle formas a la cara de la luna. Por cierto, no todos coincidíamos en lo que veíamos. Unos decían ver la cara de Jesús; otros, un burro con su carga; sólo por nombrar algunas de las graciosas formas que nos presentaba, noche tras noche, la cara de la luna que parecía jugar con nuestra mente infantil, ideando distracción de la dura realidad que golpeaba a nuestro país.
En esto pensaba al leer en el libro de Génesis 30:37-39.
“Entonces Jacob tomó una vara verde de álamo, de avellano y de castaño, y descortezó en ella unas mondaduras blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.
Y colocó las varas que había descortezado en los abrevaderos, delante del rebaño, en los canales de agua donde bebían las ovejas, las cuales se apareaban cuando iban a beber.
Así el rebaño se encelaba delante de las varas y parían borregos listados, moteados y manchados.” (Biblia Textual)
En el relato bíblico encontramos la historia de Jacob y su suegro Labán; este último le había cambiado tantas veces el salario a Jacob que, con estrategia de Dios, Jacob consigue prosperar. Labán le había prometido a su yerno que todas las crías de su ganado que sean listadas, moteadas y manchadas serian para Jacob. El rebaño al mirar las varas parían crías con características al beneficio de Jacob trayéndole así la prosperidad.
A raíz de las circunstancias solemos mirar el modelo del mundo, del sistema, creemos todo lo negativo que se nos dice y perdemos el objetivo para el cuál fuimos creados. Generalmente terminamos pareciéndonos a aquello que vemos con frecuencia y, no solo eso, sino que reproducimos los errores del pasado. Estamos rodeados de imágenes poco agradables en éste presente siglo, imágenes de la moda casi imposibles de alcanzar, imágenes de violencia que distorsionan el amor de Dios; Dios te creó con propósito, y ese propósito se va a cumplir en la medida que comiences a mirarlo a Él. La biblia dice en Romanos 12:2 “que no debemos adaptarnos al mundo, sino que seamos transformados por la renovación de nuestras mentes…”
Te invito en este día a cambiar la dirección de tu mirada.
El Señor cumplirá en mí su propósito. Tu gran amor, Señor, perdura para siempre; ¡no abandones la obra de tus manos!
Salmos 138:8 (Nueva Versión Internacional)
Autor: Gustavo J. Iriart
Escrito para www.destellodesugloria.org