Hay gente que te quiere reducir lo que Dios te ha dado
—Dame tu viñedo para hacerme una huerta de hortalizas, ya que está tan cerca de mi palacio. A cambio de él te daré un viñedo mejor o, si lo prefieres, te pagaré lo que valga.
Pero Nabot le respondió:
—El Señor prohíbe que yo le venda a Su Majestad lo que heredé de mis antepasados”.
Nabot dijo: “no te lo vendo porque este viñedo me lo dio mi papá”.
Hay gente que quiere “plantarte lechuga” para que tú vendas tu viñedo, ¡pero tú tienes que valorar las cosas que heredaste de Dios!
Nabot le dijo: “A nosotros todo lo que tenemos nos lo dio Dios y lo vamos a dejar a nuestros hijos. Su Presencia tiene que pasar a nuestra descendencia”.
Las uvas representan lo que está escrito en Juan capítulo 15, Jesús antes de ir a la cruz dijo:
«Yo soy la vid y ustedes los pámpanos, si se conectan conmigo y yo con ustedes van a tener fruto”.
Fruto es lo que Dios te da por estar unido a él. Esa comunión con Él es lo que te da el fruto.
La intimidad de Dios que se te revela es la gloria. Tu vida va a estar vacía hasta que no se conecte con la intimidad de Dios. Cuando la gloria te toca, todo se transforma.
Por eso Acab quería quitarle el viñedo a Nabot, porque era un hombre que vivía en derrota, no disfrutaba de la gloria que todo rey debería tener, estaba movido por un mal espíritu, pues ¿qué necesidad tenía de querer comprarle el viñedo a su vecino, o de “darle otro mejor”?
Decía un escritor español: «La envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es hambre espiritual». Acab simplemente quería tener lo que el otro tenía y a él le faltaba.
Es tiempo de afirmar nuestro rostro, que sea como una piedra, tener cara de piedra significa que, pase lo que pase, vamos directamente hacia nuestro sueño y nada ni nadie, nos va a distraer y mucho menos nos lo va a quitar.
Acab representa a los que poseen todo, menos el favor de Dios:
Son gente que molesta, que meten culpa, que invaden la vida de los demás, que quieren chismear, se pasan hablando de los otros, no ven lo que tú estás viendo; tienen problemas con todo el mundo. Son los que vienen para matarte, son los legalistas, los sinvergüenzas que están buscando algo en tu vida para condenarte y si no lo encuentran, lo van a inventar.
De cada doce personas hay un Judas. De cada doce uno te va a traicionar pero hay once que te van a amar.
Son los que están unidos a la gente manipuladora:
Acab tenía una esposa llamada Jezabel, cuyo carácter reflejaba las características de lo que hoy llamaríamos una persona psicópata; pues este tipo de gente tiene una conducta violenta duradera y persistente, una impulsividad sin control, sin sentimientos, infunde temor, desconsideración alarmante hacia los derechos de los demás, deseo de satisfacciones inmediatas, ausencia de culpa, son vengativos. Le quitan al otro los atributos de persona para valorarlo como cosa.
Jezabel le dijo a su esposo: “¿qué problema te haces, si eres el rey de Israel?” “Tienes todo el poder, y Acab es un pobre tipo, déjame a mí que yo te soluciono el problema enseguida”. Ella misma se encargó de levantar una falsa acusación contra Nabot para que lo apedrearan, y así Acab se pudo quedar con la viña.
Aléjate de la gente maltratadora. Jesús le dijo a Lázaro: «Ven fuera», y cuando salió dijo: «Desátenlo».
Hay gente que te ha vendado y te ha mandado a la tumba pero hay alguien más grande que vendrá a tu tumba para correr la piedra y Dios ha designado gente nueva, maravillosa que te desatará, que te bendecirá y te dirá: «Se puede».
No temas, los victimarios están debajo de tus pies:
No te pongas en víctima de nadie. «Es que él me molestó»: Cuando decidís que alguien te molesta, eres esclavo del que te molestó; cuando odias a alguien, eres esclavo del que odias. Por eso Jesús dijo: «Bendecí a los que te maldicen». No lo odies porque si no estarás debajo de él, por eso cuando alguien se ofende, el ofendido está bajo la autoridad del ofensor y nadie es víctima en la tierra. Nadie puede tener la capacidad de controlarte a menos que tú le entregues el control; el gozo no se pierde, se entrega; decides ser feliz; decides lo que vas a pensar, lo que vas a sentir; no te pongas en víctima porque si el otro te provocó, entonces estás bajo la autoridad de tu amo.
Las uvas: representan lo que solamente te da Dios en tu comunión con Él, el verdadero fruto del espíritu. Nunca olvides que Él dijo: “Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, y yo en él, éste dará mucho fruto”
¡VIVE PEGADO A ÉL, NO TE SEPARES NUNCA DE SU FUENTE, PORQUE TE SACIARÁS TÚ Y TUS HIJOS, BEBERÁN CONSTANTEMENTE Y NO TENDRÁN SED JAMÁS!
Autora: Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org