Un Destellito En Las Manos De Dios
En los Juegos Olímpicos de Barcelona, España, cuenta Destellito, que se celebraron durante el año 1992, y en la prueba de los 400 metros en atletismo, participó el atleta inglés llamado Derek Redmond. Éste se había preparado intensamente para pelear alguna opción del medallero. Corría velozmente cuando de repente se le cortó el tendón de la corva, tres músculos enrollados como una cuerda, ubicados en la parte posterior de la pierna, y que ayudan a enderezar la pierna en la cadera, y flexionarla a la altura de la rodilla. El atleta cayó sobre la pista con mucho dolor. A pesar de ello, Derek se levantó decidido a terminar la carrera, entre los asistentes se encontraba su padre, que sin que nadie pudiera detenerlo, corrió hacia su hijo, Derek se apoyó en su padre, y siguió corriendo. Al cruzar la meta, ambos recibieron una gran ovación de parte del público.
Cruzando La Meta
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12: 1,2.
Derek no estaba dispuesto a no llegar a la meta, su preparación había sido acuciosa, y el daño que había sufrido en su pierna no le impediría llegar. Al frente tenía la meta, un objetivo a vencer. Los hijos e hijas de Dios Creador, también están librando una carrera, y para ello, el apóstol enseña que hay que hacer tres cosas: quitar todo peso, que son aquellas cargas que aún permanecen, además despojarse del pecado que lucha fervientemente por hacerlos caer, y armarse de paciencia para cruzar la meta. Él ha prometido acompañarlos cada día hasta el fin del mundo, mientras corre, crealo.-
Escrito por Oscar Olivares Dondero
Para www.destellodesugloria.org