Temas y Devocionales Cristianos

Agüita e’ Canela

Agüita e’ Canela

Escrito por Lilo de Sierra

“La verdad es que no entiendo nada de lo que hago, pues en vez de hacer lo bueno que quiero hacer, hago lo malo que no quiero hacer. Pero, aunque hago lo que no quiero hacer, reconozco que la ley es buena. Así que no soy yo quien hace lo malo, sino el pecado que está dentro de mí”.

(Romanos 7.15–17 TLA)

Quisiera que se llegue el día en el que fuera una perfecta cristiana, que no falle, que no diga ni una sola grosería, que no me enfade con nadie, que mis actitudes, gestos y palabras sean suaves, que no murmure de la gente a mi alrededor jamás…pero creo que es un reto muy difícil de lograr.

Sí, ¿creíste que porque escribo de Dios y para Dios, estudio la Biblia, soy maestra de Iglesia infantil, me congrego juiciosa, soy un dechado de virtudes?; puede que sí, pero la realidad es que por cada virtud tengo un gran defecto y aún estoy en proceso de formación.

Cada día es un reto y viene acompañado de su propio afán (Mateo 6:34 NVI). Doy lo mejor de mí y eso lo ve el Señor en mi caminar con Él. Me pesa el corazón cuando le fallo y al final del día me presento ante Él para decirle que lo amo, pedirle que me perdone por mis faltas y me ayude a resarcir lo que con mi carnalidad dañé.

Si fuéramos perfectos seríamos iguales a Dios, pero en realidad Él no busca nuestra perfección, sino que en nuestro interior exista verdadero arrepentimiento y una actitud de cambio que le demuestre que somos sensibles a su disciplina.

Me he venido entrenando en ser prudente, en no entrar en disensiones y contiendas sin sentido para no verme envuelta en situaciones incómodas que me llevan a actuar contrariamente a la voluntad del Señor. A veces, siento que retrocedo cuando no soy capaz de evitarlo, pero tomo un nuevo respiro, cojo impulso y sigo para adelante porque la meta está en frente, el Señor es quien me guía y el enemigo vencido está.

Frecuentemente señalados y juzgados por ser Cristianos; existen creyentes cuya conversión tiene como cimiento la falsa teoría de la prosperidad (carro, casa y beca); los fanáticos y legalistas que llevan al extremo su fe, a tal punto que su testimonio es poco creíble por la manera poco asertiva de defender sus creencias; y estamos los que vemos el cristianismo como un estilo de vida, en el que el crecimiento es constante y directamente proporcional a nuestra relación personal con Dios.

Sí, se vale intentarlo una y otra vez hasta que alcances el nivel apropiado en el que entiendes que eres valioso para Dios por tus firmes convicciones de permanecer en Él, aunque te equivoques. El acusador querrá que claudiques y des marcha atrás, pero el Señor conoce tus esfuerzos y te recompensa en la medida en que perseveres y no te rindas.

Tenemos un temperamento que dominar y un carácter que debe ser moldeado, pero eso no nos hace mejores ni peores que nadie; es el toque especial que el Señor ha puesto en cada uno de nosotros y que nos hace únicos y valiosos para su reino.

“Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido”.

(Hebreos 10.36 NVI)

Escrito para www.destellodesugloria.org