¡HACIA EL PROGRESO ESPIRITUAL!
INTRODUCCIÓN: cuando hablamos de “progreso espiritual” en este tema nos referimos al desarrollo, al crecimiento, al avance y a la proyección espiritual del creyente, de una iglesia, de un ministerio, líder. Para este cometido usaremos este pasaje bíblico: la metáfora del atleta que corre la carrera y se esfuerza por llegar a la meta y así obtener el premio; una corona corruptible de laurel (1 Corintios 9: 24-27). Veamos que hacer:
1. ENTENDER QUE TODAVÍA NO LO HEMOS ALCANZADO TODO (Vr. 12a, 13a)
Alcanzar (gr. Katalambano): la misma palabra griega para “Asir” o “Agarrar” y significa tomar anheladamente, apoderarse, poseer, echar mano, recibir, tener, obtener, realizar, hacer, llevar a cabo, conquistar, conseguir (DHH), lograr (NVI). Ya: es un adjetivo y una conjunción distributiva que sirve para dar énfasis, con que se denota el tiempo pasado o en el tiempo presente haciendo relación al pasado, también en tiempo u ocasión futura y que significa: inmediatamente, finalmente, últimamente, todo (DHH) o todavía. El Apóstol Pablo era consciente de que todo no lo había alcanzado ya y lo entendió así, lo tenía bien en claro, bien presente, en cuenta y pendiente. Lo reconoció y lo aceptó así con toda humildad, sencillez y sinceridad de corazón. El Apóstol Pablo tenía los pies en la tierra: no presumió, ni se jactó de haberlo alcanzado, logrado, conseguido, hecho, realizado, obtenido, conquistado, ganado, comprendido todo, ni tampoco está presumiendo haber terminado ya la carrera y llegado a la meta.
Al contrario, sabía que todavía faltaba más para terminarla y llegar y lo demostró siendo reiterativo al respecto de esta gran verdad, consigo mismo y con los Filipenses (vr. 12a, 13a); iglesia que fundó en el segundo viaje misionero (Hechos 16: 11-40). Ni siquiera llegó a “pretenderlo” (gr. Katalambano) (vr. 13a): pensarlo (NVI), decirlo (VP), considerarlo (PDT), llevar la cuenta (RV. 2000). Nunca se creyó, ni pasó por su mente que ya lo había alcanzado, logrado, conseguido y hecho todo. Tampoco quería que la iglesia en Filipos llegara a “pretenderlo” o pensarlo, ni mucho menos esperaba que ellos tuvieran una tan alta opinión de él mismo: «Por favor hermanos, NO PENSÉIS DE MÍ que yo tenga tan alta opinión de mí mismo…» (Otra traducción) (vr. 13a) (Romanos 12: 3).
Esta declaratoria es importante e interesante porque no lo está diciendo un fracasado, derrotado, sino un hombre que había experimentado éxitos, triunfos, victorias, logros personales, espirituales y ministeriales. Tampoco lo está diciendo un hombre carnal sino espiritual (1 Corintios 2: 14-16; 3: 1; 14: 37; 15: 46; Gálatas 6: 1; Colosenses 1: 9; 1 Pedro 2: 5), un verdadero creyente, convertido y ganado por Jesucristo, cerca de Damasco como instrumento escogido (Hechos 9: 1- 15). También es importante esta declaración por las circunstancias negativas y desfavorables en la cual se encontraba en ese momento cuando escribió la epístola o la carta a los Filipenses: preso en Roma (primer encarcelamiento) y por lo que todavía faltaba por hacer, alcanzar, lograr, conquistar, recorrer hasta llegar. Ver tema los logros y los alcances personales y ministeriales del Apóstol Pablo.
2. ENTENDER QUE TODAVÍA NO HEMOS LLEGADO A LA PERFECCIÓN TOTAL (Vr. 12b).
Perfecto (gr. Teleióo/s): un adjetivo que se usa en varios pasajes bíblicos con referencia a los creyentes. Aquí este versículo 12 quiere decir completar o completo, consumar (en carácter), acabar, cumplir, terminado o terminar (Lucas 12: 32), pleno, que llena su propósito, que ha alcanzado su fin (terminado). No es a la perfección de no tener pecado, sino al estado de no faltar nada (que no falta nada), “consumado” (Juan 19: 30). No se refiere a la madurez espiritual como si en el versículo 15. Más bien hace énfasis a la perfección final y total que se logra en la resurrección (vr. 10, 11, 22) (Daniel 12: 2; Juan 5: 29; Hechos 24: 15; 1 Corintios 15: 23; 1 Tesalonicenses 4: 16). ¡Por mucha madurez espiritual (vr. 15), todavía no hemos llegado, ni alcanzado la perfección final, total o en todo! (vr. 12)
3. ENTENDER QUE TODAVÍA DEBEMOS SEGUIR ADELANTE (Vr. 12c, 14).
Prosigo (gr. Dioko/Stoijeo): persigo, perseguir o persiguiendo (la meta) o voy corriendo tras ella (la meta) y no a Cristo como antes de su conversión cerca de Damasco. También significa esfuerzo o esforzarse (otra traducción). Seguir adelante (DHH), seguir avanzando (NVI), ir, seguir, marchar y avanzar militarmente, guardar el paso y andar ordenadamente. Esto implica acción y movimiento (Éxodo 14: 15) (DHH). ¿Con qué propósitos?
– PARA VER SI LOGRABA ASIR (ALCANZAR) AQUELLO PARA LO CUAL FUE TAMBIÉN ASIDO (ALCANZADO) POR CRISTO JESÚS (Vr. 12c)
Asir (gr. Katalambano): alcanzar, agarrar, prender, cazar. Es una alusión a la experiencia y al encuentro que tuvo con Jesús el hijo de Dios cerca de Damasco (Hechos 9: 1-19). El apóstol Pablo está dispuesto a proseguir (seguir adelante) con el fin y la esperanza de alcanzar aquello o aquel (Jesucristo) que lo alcanzó primero en el camino de Damasco, mientras perseguía a los creyentes de la época. Así como él fue asido (alcanzado) por Cristo Jesús, de igual manera también quería alcanzarlo: «asirme a Él y de Él», «hacerme enteramente con Él», «pues para eso me alcanzó y me asió Él». Doce veces en la Biblia aproximadamente encontramos que Pablo persigue a Cristo para destruir el cristianismo; pero ahora para alcanzarlo e identificarse con Él.
– PARA LLEGAR A LA META Y OBTENER EL PREMIO (TROFEO) DEL SUPREMO (CELESTIAL) LLAMAMIENTO DE DIOS EN CRISTO JESÚS (Vr. 14).
«Sigo hacia la META para ganar el PREMIO que Dios me ofreció cuando me llamó por medio de Jesucristo…» (PDT).
Premio (gr. Brabéion): alusión a los premios de los juegos olímpicos. Una guirnalda, diadema, corona de hojas de olivos, laurel, pino: una corona corruptible que a los pocos días se secaba y se marchitaba (1 Corintios 9: 24-27) o dinero en efectivo algunas veces. Para el apóstol Pablo y todos los que estamos dispuestos a terminar la carrera y llegar a la meta, también nos espera un premio no corruptible, (incorruptible) y que él llama en Corintios la corona incorruptible (1 Corintios 9: 24-27): la victoria de la salvación eterna de la vida cristiana. Igualmente Pablo en su segunda carta a Timoteo (la última que escribió en su segundo encarcelamiento antes de ser sacrificado), también habla del premio y de una corona en especial que le esperaba y que el Señor le tenían reservada (guardada) por terminar la carrera y llegar a la meta: la corona de justicia, de una vida justa, que consiste en la justicia, la que el juez justo otorgará con toda justicia (2 Timoteo 4: 6-8).
Recordemos que Pablo con este lenguaje metafórico de llegar a la meta y obtener el premio también se está refiriendo al deseo y a la esperanza de un día obtener la gloria eterna, su salvación final y resurrección (vr. 10, 11, 21), espera estar en la presencia de Dios, el cielo para ver a Cristo Jesús cara a cara (vr. 20): ya él había tenido una vislumbre de la vida y gloria del cielo. Ahora quiere llegar, entrar, vivir allá. En los juegos ístmicos y olímpicos el premio se lo llevaba uno solo (el que llegara primero a la meta); en la carrera de la fe, si todos llegamos, todos recibimos y ganamos el premio (1 Corintios 9: 24-27; colosenses 2: 18).
4. ENTENDER QUE DEBEMOS OLVIDAR LO QUE QUEDÓ ATRÁS (Vr. 13b).
Olvidar (gr. Epilandsanomai): perder de la mente, negligir, descuidar, ignorar o ignorantemente sin saberlo, no saber, no traer a la memoria, no recordar.
Ciertamente (gr. Asfalós): es un adverbio afirmativo que significa, seguramente o con seguridad (convencido), llevar o dejar fuera completamente, sin duda, cierto/a, ciertísima (Lucas 1: 1), ciertísimamente (Hechos 2: 36), definitivamente. ¿Qué olvidar?
– LO QUE QUEDÓ ATRASO O EL PASADO (VS. 13b)
Quedó atrás (gr. Meno): es una alusión a lo que había dejado atrás y al pasado “Hermanos, no considero haber llegado ya a la meta, pero esto sí hago: ME OLVIDO DEL PASADO y me esfuerzo por alcanzar lo que está delante» (PDT). El Apóstol no estaba aferrado al pasado, al contrario entendió perfectamente que el pasado era pasado y debía quedar atrás para siempre. Ahora contaba y tenía un presente, un futuro, una carrera por terminar y una meta por llegar. Independientemente de cómo había sido su pasado ¡Es necesario olvidar de una vez por todas lo que quedo o hemos dejado atrás ( el pasado) (Isaías 43: 18, 19; 2 Corintios 5:17; Filipenses 3: 13). Ya lo que se hizo, logró, alcanzó, conquistó, ganó, realizó, llevó a cabo; quedó atrás y en el pasado.
Ahora vienen otras y «nuevas cosas», metas, objetivos, proyecciones, propósitos, deseos, sueños planes, proyectos, trabajos, iniciativas, misiones, funciones, «que pronto saldrán a la luz» (Isaías 42: 9; 43: 18, 19; 48:6), sí estamos dispuestos a dejar atrás y olvidar totalmente y para siempre el pasado (Génesis 41: 51; Isaías 65: 16, 17-25; Job 9: 27;). Hasta el mismo Dios sabe lo que es olvidar (Isaías 43: 22-25; 65: 16-25), Su hijo Jesucristo (Mateo 26: 69-75; Juan 21: 15-19), Pablo (Hechos 12: 25, 13: 5,13; 15: 36-41; Colosenses 4: 10, 11; 2 Timoteo 4: 11). Ver Tema Olvidando El pasado Triste.
– EL MUNDO PERVERSO Y LA ANTIGUA VIDA DE PECADO.
Dejarlo atrás como terminado y cancelado (Génesis 19: 17, 26; Lucas 17: 32). La carrera de la fe se corre sin peso y sin pecado (Hebreos 12: 1, 2). Los corredores griegos tenían la costumbre de desnudarse antes de la carrera: espiritualmente nos enseña que debemos y tenemos despojarnos de todo peso innecesario que pueda afectarnos y sacarnos en la carrera, en vez de correrla con facilidad.
5. ENTENDER QUE DEBEMOS EXTENDERNOS A LO QUE ESTÁ DELANTE O HACIA DELANTE (Vr. 13c)
Extender (gr. Epekteínomai): extenderse hacia delante, largar, sobre, abarcar más espacio, ensanchar, ampliar, expandirse, desarrollarse, propagarse, agrandar, aumentar, extensión, pero hacia delante. Sacar la mano, lanzarse, estirarse, alargarse y esforzarse hacia algo. Era una connotación al atleta cuando estaba casi llegando a la meta. «Pero eso sí, olvido lo que he dejado atrás y ME LANZO hacia delante…» (Otra traducción). «Lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y ESFORZARME por alcanzar lo que está delante…» (DHH). «Más bien una cosa hago: olvidando lo que está atrás y ESFORZÁNDOME por alcanzar lo que está delante…» (NVI). «Pero esto sí es lo que hago: me olvido del pasado y ME ESFUERZO por alcanzar lo que está delante…» (PDT). Esforzarse y derivados (gr. Agozinomaí, biázo, endunamóo, filotiempóomai, krataóo): luchar, fuerza, sufrir violencia, apoderar, dar fuerza, fortalecer, anhelar, ansioso, ferviente para hacer algo, aumentar en vigor, autorizar.
Qué interesante saber y aprender que el Apóstol Pablo, el hombre de tantos logros personales antes y después de su conversión, (Hechos 22: 3-21; Filipenses 3: 4-11), Igualmente sus logros espirituales, todo el recorrido, movimiento, actividad cristiana, ministerial y de todo ese caminar y andar en la carrera de la fe, como también a pesar de sus situaciones, circunstancias difíciles, adversas y desfavorables que experimentó en su vida; ahora está dispuesto, motivado, animado y deseoso a extenderse (lanzarse, esforzarse) hacia delante o a lo que está por delante, para así poder terminar la carrera y llegar a la meta que Cristo le encomendó. ¡No fue conformista, sino perseverante; con mentalidad de progreso, desarrollo, crecimiento, avance y proyección espiritual!
CONCLUSIÓN: Este es el deseo de Dios y debe ser el nuestro para que también nosotros progresemos en todas las áreas de la vida (Job 17: 9; Salmos 84: 7; 92: 12; Proverbios 4: 18). Que este año y todos los que vienen, durante toda esta vida que tenemos por delante si Dios quiere y hasta que Cristo venga por segunda vez por su iglesia; logremos, obtendremos, conquistemos y alcancemos el progreso, desarrollo, crecimiento, avance y proyección espiritual, que estamos necesitando, como Dios quiere que sea. Tengamos en cuenta estos principios aprendidos. ¡MANOS A LA OBRA! ¡AMEN QUE SÍ!
AUTOR: PrediCantor Garys Leandro
Preparado para: www.destellodesugloria.org