Temas y Devocionales Cristianos

Aún hay fuego en tu alma

Aún hay fuego en tu alma

aun hay fuego en tu alma

Una poesía muy famosa dice: No te rindas, aún estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo. Aceptar tus sombras,  enterrar tus miedos, liberar el lastre,  retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros, y destapar el cielo.

No basta con desarraigar aquello que no te sirve, sino que además es necesario que plantes fe en ese lugar. El problema es que mucha gente se desprende de las cosas que no les sirven, pero como no plantan una palabra de fe, en ese lugar donde estaba lo negativo no crece nada positivo.

Por ejemplo, en el Salmo 3  David dijo que muchos eran sus enemigos, pero inmediatamente agregó: “Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria”. En el Salmo 4 expresó que estaba angustiado, pero luego dijo: “Tú has hecho que mi corazón rebose de alegría”. Por último, en el Salmo 5 le pidió a Dios que oyera su gemido, pero más adelante expresó: “Pero yo, por tu gran amor puedo entrar en tu casa; puedo postrarme reverente hacia tu santo templo”.

 Al igual que lo hizo David, planta fe y victoria cada vez que identifiques algo malo. Podés decir: “Me va a ir mal en la vida” o “Me va a ir bien en la vida”.

Para que un árbol crezca hace falta que lo abones con estiércol, es decir, con todo lo malo que te dijeron y eso negativo que te ocurrió. Frente a una situación adversa podés quedarte con el estiércol en tu mano o usarlo para abonar tu semilla de fe para que luego dé fruto. En otras palabras, decidí si te vas a quedar con lo malo o si lo vas a transformar en algo bueno.

Dios está esperando que desarraigues lo que no te funciona, plantes una palabra de fe y digas: “El Señor está conmigo. Caerán miles y diez miles, pero a mí no me tocarán”. Soy un hijo de Dios y como tengo un pacto de sangre con Él, todo lo que Él ganó en la cruz es mío por herencia. El enemigo no tiene arte ni parte en nada de lo que a mí me pertenece”. Cuando tengas esta actitud las aves van a volar y harán nido en tu árbol, en él se posarán la prosperidad, la alegría y la paz. No serán una ola momentánea ni un golpe de suerte, sino que vendrán para quedarse a vivir con vos.

Nunca juzgues tu fe. Nunca critiques todos los recursos que usaste; mantente firme, porque Dios está haciendo algo. Dios siempre está en el control. Que nadie desaliente tu fe.  La frase que vos decidas plantar será la verdadera.

La poesía termina diciendo: No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.

Porque cada día es un comienzo nuevo. ¡Porque esta es tu hora y tu mejor momento!

Por Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org