¿Quién es el que más te engañó?
«Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera».
Entrégale cada pensamiento a Dios porque nada nos puede separar de su amor. Desarrolla tu fe, lo opuesto al temor es la fe. Si no lo hiciste hasta ahora, empieza a creer que las cosas van a mejorar en tu vida y que todo lo que hagas te saldrá bien. Si tienes expectativas de cosas buenas, tarde o temprano ellas vendrán a tu vida.
Jesús decía: “el que practica y enseña”, es un grande delante de Dios. No logramos conseguir lo que Dios nos prometió porque somos limitados.
Egipto nos habla de limitación, nos enseñaron con mentiras.
“ser lindo” te hace capaz, si bajo de peso “voy a ser feliz”. El ideal corporal nadie lo alcanza, los conflictos no se resuelven con la balanza. “Ser lindo es igual a sexo”: el cuerpo es para cuidarlo, no para mostrarlo ni para taparlo. “De viejo te vas a enfermar”: se dice que la vejez es igual a enfermedad, a soledad. sin embargo, la vejez es una etapa, cada año es un trofeo y una medalla más, que se cuelga en nuestro pecho.
El crecimiento es permanente, hay que sacar esas ideas que tienen el objetivo de limitarnos, los estereotipos de género: creer que la mujer está hecha para una cosa y el hombre para otra: “Mi existencia tiene sentido si tengo pareja e hijos, cuando la mujer no la tiene da lástima”; “la mujer es para lo privado y el varón para lo público”, “el varón es proveedor” y si no tiene trabajo se “corta las venas” porque ella “es débil”, él toma las decisiones, tiene el monopolio de la casa. El paternalismo: infantilizar a la mujer, tratarla como si fuera tonta o “maternalizarla” todo esto nace de Egipto, símbolo de las limitaciones.
De esto se trata la fe, que salgamos con las ideas de Dios que rompen las limitaciones y así avanzar de poder en poder.
Faraón les metió trabajo y esclavitud, en Pitón y Ramsés se construían ciudades pantanos, se hundían en el pantano. El sistema hace eso con nosotros, Faraón quería destruirles los logros, “pero ellos crecían”. Sacó un edicto: “todo varón muera en el Nilo”, el río del placer, el enemigo quiere matarte en un falso placer que te ahoga y te mata. No solamente había que matar a los varones, a las nenas le mataban el alma, el sistema de pensamiento de un falso placer e ideas y costumbres que las limitaban.
Moisés creció y se hizo grande. En la montaña Dios se le aparece y le da recomendaciones. Cuando Israel sale después de 430 años de esclavitud, lo primero que le da Dios es el oro.
Dios va a romper con todas las conclusiones negativas que nos dijeron
Limitación financiera: Dios romperá en tu vida con eso, rompimiento en tus números mentales. Cientos de años atrás te fue profetizado que vas a salir del problema financiero. Dios les dijo que les pidan a los egipcios el oro, no sólo la libertad.
Limitaciones espirituales: antes ellos se guiaban por la nube. Ya no te mueves por el legalismo o la religión, sino por la Palabra y el Espíritu Santo que representa el rompimiento espiritual, va a ser El quien guiará tu vida.
Rompimiento mental: antes ellos eran gobernados por otros, y se sometían a ellos. Ahora son libres para elegir, para direccionar sus vidas hacia un futuro lleno de posibilidades y de nuevos desafíos.
El sistema te deja salir “hasta acá”.
Moisés estaba con dos millones de judíos, 400 años siendo esclavos, Moisés le dijo a Faraón, el Señor dice: “deja ir a mi pueblo, para que me sirva”.
Faraón le contesta: “pero vuelvan otra vez”. Dios dice: “no será hasta acá, hasta acá no, va a ser hasta allá”.
Faraón si no te puede limitar (ese es tu sueldo máximo, esa es toda la felicidad de pareja que puedes lograr) te dice: “Vayan los varones pero las mujeres y los niños que se queden”. Apuntaba a destruir la familia.
Satanás te dice: “te voy a meter ideas con sexualidad equivocada, te voy a hacer que actúes con tu cerebro reptil (primitivo) y seas violento”.
Moisés dijo: “No Faraón, nos vamos a ir con la familia completa”.
Faraón le contestó: “váyanse con su familia, pero el oro se queda acá”.
Primero te limita tu familia, luego “sin oro”. Moisés le dijo “No, nos vamos con la familia y con el oro, porque vas a pagar los 430 años que trabajaron para ti”.
¿Sabes quién es el que más te engañó?: TU CABEZA, de allí salen todos los pensamientos limitantes.
Toda persona necesita saber quién es, en Dios; y nuestra tarea es devolver a la gente, el sentido de identidad, que vuelvan a descubrir quiénes son en Dios, y si queremos ayudarlos para que tengan la mente de Cristo, validarlos es nuestra tarea. Cuando los haces sentir importantes, cuando los valoras y te sientes orgulloso de tus hijos, esposa, compañeros de trabajo, les estás cambiando la mentalidad.
Lo primero que me tengo que decir a mí es una promesa de Dios: “Así dice el Señor, el que me creó, el que me formó: no temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Yo he entregado a Egipto como precio por tu rescate, porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable y yo te amé. A cambio de ti entregaré hombres, a cambio de tu vida entregaré pueblos, ¡NO TEMAS PORQUE YO ESTOY CONTIGO!
Autora: Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org
