Un Destellito en las manos de Dios
—Rabino, ¿Dónde están sus muebles?, preguntó.
— ¿Dónde están los suyos?, replicó el rabino. — ¿Los míos?, si yo solo soy un visitante…estoy aquí de paso, le dijo el turista.
—Yo también, fue la respuesta del rabino. Le gustó tanto la respuesta a Destellito, que no pudo contener la brillantez intensa de su cabecita, y que iluminaba el lugar donde estaba, luego, ya más calmado, tomó su Biblia y leyó:
Esclavo De Las Cosas
Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 1a de Timoteo 6:6-8.
Buen consejo entrega la Palabra de Dios Creador, expresa Destellito. El rabino Chaim, tenía claro que no debía ser un preso de las cosas, y argumenta que la razón es, porque está de paso. Con mucha más certeza lo dice el Apóstol Pablo. Cuando nacimos, llegamos desnudos, y cuando llegue el día de la partida, sin duda nada podremos sacar. No se debe tener pasión por las cosas, de tal manera que lleve a los hijos de Dios a tener algún grado de avaricia o egoísmo que afecte su relación con Dios, alcanzando también a sus más cercanos, como su familia, por ejemplo. Sucede que al no tener las cosas, la persona se desalienta y se afecta por la amargura, pero cuando las cosas llegan, cambia su semblante y su buen humor se hace presente, esto no debe ser así. El Señor Jesús enseña que el contentamiento debe ser en toda circunstancia, y más aún si se vive un momento de privación. Dios es Proveedor de sus hijos e hijas, dijo finalmente Destellito.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org