HUMILDAD
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Juan 15:8 (Versión Reina Valera)
Cuando la vid lleva mucho fruto, el Señor se glorifica, ¿En qué? En que Él envía el sol y la lluvia todos los días, por voluntad de Dios es que sucede que dicha planta reciba lo necesario para su florecimiento. Esta analogía de la agricultura muestra cómo Dios se glorifica cuando la gente establece una buena relación con Él y comienza a «llevar mucho fruto» en sus vidas.
El otro día leí una historia que me hizo reflexionar. Iba un labrador a visitar sus campos para ver si estaban en sazón la cosecha. Había llevado consigo a su pequeña hija, Luisita. Mira, papá — dijo la niña sin experiencia—, cómo algunas de las cañas de trigo tienen la cabeza erguida y altiva; sin duda serán las mejores y las más distinguidas: esas otras de su alrededor, que la bajan casi hasta la tierra, serán seguramente las peores. El padre cogió algunas espigas y dijo: — Mira bien, hija mía: ¿ves estas espigas que con tanta altivez levantan la cabeza? Pues están enteramente vacías. Al contrario, estas otras que la doblan con tanta modestia, están llenas de hermosos granos.
Dice la biblia:
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Santiago 4:8 (VRV)
El sabio y el bueno son humildes: la soberbia es propia del ignorante y del malo.
Autor: Gustavo J. Iriart
Escrito para www.destellodesugloria.org