Dios honra a los que le honran
Porque sin Fe es imposible agradar a Dios, y por Fe es que somos obedientes a Él, que aunque no lo vemos, lo sentimos y por Fe es que lo honramos, lo adoramos y exaltamos.
Por cuanto has hecho esto, de ninguna manera permitiré que tus parientes me sirvan, aun cuando yo había prometido que toda tu familia, tanto tus antepasados como tus descendientes, me servirían siempre. Yo, el Señor, Dios de Israel, lo afirmo. Yo honro a los que me honran, y humillo a los que me desprecian. 1 Samuel 2:30
Dios va a honrar a quienes buscan primero su reino y justicia, a quien toma su cruz y lo sigue y prefiere agradarlo a Él y no buscar los deleites de este mundo. Hay tres hombres que no despreciaron al Señor y por lo tanto, Dios no los tuvo en poco, por eso los honró y los respaldo son Abraham, Moisés y nuestro Señor Jesús.
Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Hebreos 11: 8-10
Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único. Hebreos 11:17
Abraham dejó todo, su comodidad, sus cosas, todo a lo que estaba acostumbrado y caminó por Fe hacia donde el Señor lo dirigió, sin dudas. Se negó a sí mismo, a su “yo”, a su hijo único, a su descendencia porque amaba más a Dios, por eso Dios lo honró.
Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Hebreos 11: 24-27
Moisés es otro gran ejemplo, y así muchos de nosotros hemos dejado Egipto, el mundo, para vivir por Fe, y como Moisés prefirió ser esclavo, pudiendo quedarse siendo el hijo del Faraón y no ser maltratado ni pobre, prefirió obedecer y honrar a Dios, siendo humilde y tomando el lugar donde pertenecía, aunque al principio lo maltrataron, luego fue un gran Líder escogido por Dios para libertar el pueblo de Israel, y por haber honrado a Dios, el Señor lo honró respaldándolo abriendo el Mar Rojo.
Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Hebreos 12:2-3
Jesús sufrió primero todo lo que nosotros podríamos sufrir por seguirlo, cualquier situación, pero a pesar de ser perseguido y según sus enemigos derrotarlo, luego Su Padre, que es también nuestro Padre, lo honró resucitándolo y lo sentó a su diestra.
No vuelvas atrás, aunque Dios te esté pidiendo a Isaac, aunque Dios te esté pidiendo que dejes Egipto, y que vengas con Él, aunque te hieran, y te den la espalda al principio, recuerda estos tres hombres, que siguieron teniendo Fe, y a pesar de todo escogieron honrar a Dios, que alimentar su ego y sus posesiones, por eso Dios los honró, porque el Señor siempre va a honrar a los que le honran.
Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad. Hebreos 11:16
Autora: Kari Gazo
Escrito para www.destellodesugloria.org