Cuatro niveles de abundancia
“Y mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de cada uno de ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino”.
El saco:representa la comida y el dinero para lo que necesites.
“Y tú toma para ti trigo, y cebada, y habas, y lentejas, y mijo, y avena, y ponlo en una vasija, y hazte pan de ello”
La vasija: tenemos más comida, es un nivel más grande, para ti, para tu marido y tus hijos.
“Y comieron todos, y se hartaron; y alzaron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas”.
Las cestas: es para ti, para tu familia y para los demás.
“Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da”.
El granero: “yo llenaré tus graneros” no pedimos por el saco, ni por la vasija, ni por las cestas, ¡sino abundancia para toda la vida!
José primero tuvo su túnica, y ovejas para cuidar, abundancia para Potifar, pero luego, tuvo abundancia para él: “voy a llenar tus graneros le dijo Dios”
Cuando los israelitas salieron de Egipto, Dios les dio oro y vestido a las mujeres que lo pidieron, que despojaron a los egipcios, ahora la pregunta es: ¿si los maltrataron para que querían el oro? más bien lo que querían era irse y olvidarse de todas las maldades que sufrieron. El oro era para cuando se les pasara el dolor, porque había que seguir viviendo e iban a necesitar el oro y el vestido.
David tenía 400 personas menesterosas con él, y los convirtió en un ejército, David tenía el sueño de Dios, un día les llevaron a las mujeres y los hijos, los problemas no inventan nada, revelan lo que hay en tu corazón. Quizás te robaron, no tienes dinero para llegar y te preguntas ¿por qué me ha pasado esto? pero había una salida, porque Dios no solamente te hace ver el problema, también te da la salida: El efod: tenía dos hombreras con unas tiras de oro, se lo ponía el sacerdote para orar a Dios, David le pidió prestado al sacerdote para consultar y el Señor le dijo “síguelos”.
La pregunta es: ¿quién es tu fuente de información? ¿Son los recursos, la gente, la mente? Pero si tu fuente es Dios sabrás lo que vas a hacer.
Lo primero que tienes que declarar es que la gloria de Dios te va a rodear.
Lo primero que le dijo Rut a Noemí en medio del dolor, (porque Rut también había perdido al marido, ella también estaba triste, también había dejado su casa) fue: «Tu Dios será mi Dios», Rut era una mujer pagana. Lo que ella estaba diciendo era que la gloria que tenía el Dios de Noemí, ahora sería la gloria que iba a estar en su vida.
¿Sabes qué significa que la gloria te rodee? Que todo lo que hagas te va a salir bien.
Por ejemplo, yo te digo lo siguiente: «Llueve, y llueve mucho, y las nubes están oscuras», ¿eso es bueno o es malo? según, por un lado es bueno porque hay una parejita abrazada, tomando un café, mirando hacia la ventana y prometiéndose amor por siempre. Pero simultáneamente hay otra pareja en un barco, en una expedición, que quedaron perdidos por la copiosa lluvia y no pueden ser rescatados. En otro lado hay un agricultor que hace seis meses que está orando para que llueva. Entonces, ¿la lluvia es buena o mala? Depende del contexto. El contexto le da sentido al texto. ¿Sabes lo que estaba diciendo Rut? Estaba diciendo:
«Yo estoy pobre, pero le voy a poner el contexto de la gloria. Yo estoy sola, pero no será para siempre”; y el contexto le va a dar sentido a lo que ahora estoy viviendo. Este dolor se va a transformar en victoria. Porque cuando le pones la gloria a tu casa, la casa termina bendecida.
No olvides que vamos de gloria en gloria y de poder en poder; el contexto de la gloria le da sentido al presente que vivimos.
Al apóstol Pablo, lo apedrearon, un día terminó en la cárcel. Los cristianos decían: «Pobrecito Pablo, si él no hace nada malo». Pero Pablo dijo: «Esperen, porque esta leve y momentánea tribulación produce en mí cada vez más gloria». Por lo cual podemos decir: “yo estoy en una cárcel, pero voy a rodear esta cárcel con la gloria. Y la gloria va a hacer que esta cárcel termine siendo de bendición para muchos”; porque no son las circunstancias, es el contexto lo que le da el sentido. Nosotros le vamos a poner la gloria.
Un día iban los discípulos caminando con Jesús y se encontraron con un hombre ciego. A los discípulos les agarró “el ataque religioso” y preguntaron: «¿Maestro, quién pecó para que esté así, él o sus padres? ¿Culpa de quién fue o es una herencia de maldición generacional?” Y Jesús los miró y les dijo: «No pecó ni él ni sus padres. A esto le vamos a poner la gloria de Dios y este ciego va a terminar viendo».
Deja de andar buscando si te equivocaste, si la culpa es de tus padres o de alguien más. Ponle la gloria al problema y el problema va a terminar siendo de victoria. El libro de Rut tiene cuatro capítulos, ten confianza que Dios te dará las fuerzas para que logres caminar dos capítulos más y entres en el «capítulo de la abundancia».
Autora: Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org