Oscar, de catorce años, pertenecía a una familia de muy escasos recursos, dijo Destellito, comenzando a contar una nueva historia. Su condición no les permitía salir de vacaciones, pero cierto día, sus tíos, lo invitaron a pasar unos días en el campo, y con el permiso de sus padres, Oscar, acompañado por ellos, fue llevado a la estación para subir al tren que lo llevaría a la localidad donde vivían sus familiares. —Hijo, pórtate bien con tus tíos, y obedécelos en todo, no queremos recibir queja de ellos, dijo su madre. —Sí, mamá, contestó. —Y también ni se te ocurra bajar del tren hasta llegar, ordenó su padre. —Sí, papá, dijo Oscar. Feliz, el muchacho disfrutaba del viaje, hasta que el tren se detuvo un buen rato debido a la presencia de animales en la vía. Bajaron varios pasajeros y niños también. Oscar se recordaba de la advertencia de su padre, pero entusiasmado decidió bajar para observar más de cerca como quitaban a los animales. Un ruido le llamó la atención, el tren había continuado su viaje, angustiado, corrió a más no poder, hasta alcanzar la mano del inspector, quién lo subió raudo al carro. Asustado, fue llevado por el hombre a su asiento, no sin antes darle una buena reprimenda.
Las Vacaciones De Oscar
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Efesios 6:1.
La sujeción a los padres salvará a los hijos de muchos males, dice Destellito.
La sociedad de este tiempo ha liberado a su suerte a los hijos y a las hijas, y la responsabilidad de los padres en la crianza, y la observancia vigilante mientras estos se desarrollan física y moralmente, se ha limitado dramáticamente. Es absolutamente necesario volver a involucrar al Señor y a su Palabra, en la enseñanza e instrucción de los hijos. La desobediencia de Oscar, es nada comparable en lo que al respecto observamos hoy. Hay que reflotar la conversación familiar mientras se almuerza, en la que el padre instruye a toda la familia, mientras que la madre le da dirección. Asumir una actitud pasiva mientras los hijos y las hijas hacen lo que quieren, es pecado.