UNAS PALABRAS DE CONSUELO Y FORTALEZA
(Salmos 55:7)
Has llegado al punto tal donde exclamas: ¡Dios mío ayúdame, quítame esta tristeza porque me va a matar! El dolor que sientes en el corazón es tan grande y desesperante que no hay forma de describirlo. Por más que buscas soluciones y salidas, todas te llevan al mismo punto de inicio. Has perdido hasta el gozo de vivir y con tan solo pensar en que vas a iniciar un nuevo día te ataca el pánico.
Tú en verdad deseas ser positivo, pero tan solo te envuelve últimamente el pesimismo y la desesperanza. Necesitas un toque de la mano del Maestro, porque a pesar de todo reconoces que el único que puede ayudarte y hacer algo en medio de todo lo que estás pasando es Dios. Nadie fuera de él puede intervenir en tu problema y situación. Estás sentado esperando que algo pase porque te has resignado al fracaso. Has llegado a pensar que estás pagando un cruel castigo o que debes acostumbrarte a vivir así, con el pesimismo, la tristeza y la ansiedad sirviendo de tu sombra.
Pero hoy Dios quiere que te diga que no todo está perdido. No tienes que huir al desierto ni tratar de escapar porque la solución no es escapar. Sino más bien darle frente a cada problema por más difícil que esto sea y que parezca. El Salmo 55 expresa una plegaria a Dios urgente, una necesidad de su intervención. Pero aún en medio de ese clamor, el salmista puede proclamar que Dios es su único amigo y que hace cosas maravillosas aún en los momentos más difíciles de su vida.
¡No mi hermano, Dios nunca te ha abandonado! Puede que el dolor te haya hecho pensar que sí, pero te digo lo contrario, es cuando más cerca ha estado de ti. Así como la lluvia que cuando cae moja a todos por igual, pasan situaciones en la vida que nos parecen injustas. Cosas malas a veces nos tratan de salpicar y dañar, pero tenemos al mejor Guardaespaldas y Protector que jamás ha existido ni existirá. Tienes a alguien que te guarda y te defenderá, aún cuando por momentos te sientes desprotegido. Son falacias que el enemigo quiere que se te metan en la mente, porque él sabe el terreno que gana, si logras que tu mente se sature de manera negativa.
Dios quiere hoy mojarte pero con una lluvia de bendiciones, paz y amor. Puedes descansar en sus amorosos brazos porque el está disponible para ti. Si tienes que llorar, ¡hazlo sin temor! Porque cerca de su corazón encontrarás consuelo para tus lágrimas y descanso para tu alma fatigada y cansada. Hay propósito para tu vida, pero tienes que levantarte del suelo. No te quedes tirado a la orilla del camino. Hoy puede ser el comienzo de tu transformación. Dios puede renovar tu ser por completo, poner oxigeno y aliento donde falta. Recibe su abrazo porque él solo quiere amarte y estar contigo durante este proceso y también cuando vengan nuevas cosas para tu vida. Hasta que un día te encuentres con él en la eternidad y sepas que por cada momento triste que viviste, vas a experimentar millones de momentos con Dios de felicidad.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito para www.brendalizaviles.com – www.devocionaldiario.com – www.destellodesugloria.org