Buscando a Dios
Había un hombre muy curioso e inteligente que se había propuesto a encontrar a Dios, compraba todos los libros que hablaran acerca de la existencia de Dios, los mas caros, los mas populares, los mas científicos etc., en eso leyó un pasaje de la Biblia que marco su corazón, este decía: “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento” su curiosidad aumento, ¿como será esa paz de la que habla aquel libro? Se preguntaba, Y ¿como se explica esa paz en un mundo donde hay tantas guerras, enfermedades y problemas?, el hombre estudiaba día y noche buscando conocer aquella paz, comenzó a viajar y a vivir en diferentes partes del mundo con el objeto de encontrar pruebas que le permitieran comprobar la existencia de Dios, pero por mas pruebas que encontraba y por mas sitios que visitara no había algo que le permitiera conocer o ver a Dios como el deseaba.
Hasta que un día en su cuarto frustrado de sus fallidos intentos, entre lagrimas comenzó a hablar a su corazón, “Dios si en verdad existes ¿porque no te dejas ver?, he invertido gran parte de mi tiempo y de mi vida, en estudiar tu existencia, he viajado a lo largo del mundo buscando huellas, pruebas u alguna otra cosa que me de certeza de ti pero hasta ahora no he encontrado nada, si en verdad existes ¿porque te escondes de mi? anhelo con todo mi corazón algún día poder llegar a verte, mientras el hombre callaba de repente empezó a escuchar en lo mas profundo de su ser una voz que le decía: “hijo mió, siempre he estado a la vereda de tu corazón, llamándote, pero tus muchas ocupaciones no dejaban que tu escucharas mi voz, si no hasta ahora que ha despertado tu oído y he captado tu atención, quiero decirte que siempre te he amado y esperaba este momento en el que tu volvieras a mi”, el hombre le responde “Mi señor antes solo había escuchado hablar sobre ti, y sabia solo lo que leía en los libros, pero ahora al escucharte en mi corazón puede decir que realmente te he visto”.
La mayoría de las veces en medio de los problemas, las personas dicen que necesitan encontrar de aquella tranquilidad que ofrece Dios, entonces se encargan de realizar una especie de búsqueda con el propósito de hallar aquella paz que sobrepasa todo entendimiento, lo que muchos ignoran es que no somos nosotros quienes buscamos de Dios, es Él quien constantemente nos busca y nos llama, pues no fue El quien se alejo de nosotros, si no que fuimos nosotros lo que nos alejamos de Él, por eso escucha el llamado de Dios quien esta a la puerta de tu corazón y te dice “Hijo mío ven, regresa a mi”.
Autora: Marianny I. Gutiérrez
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org