Un Destellito en las manos de Dios
Destellito Turista Visita Panamá
La República de Panamá, recibe su nombre de la ciudad de Panamá, en razón que allí se celebró el primer cabildo; es el país más austral de América Central. Dentro de sus atracciones, que son muchas, es el único lugar del mundo en donde se puede observar la salida del sol por el Océano Pacífico, y su entrada por el Océano Atlántico.
Destellito, pudo apreciar un contraste entre la ciudad de Panamá, y la Panamá vieja. Mientras que la actual ciudad de Panamá es cosmopolita, bella, moderna, y muy atractiva, la antigua, conserva su historia y la escribe en sus edificaciones y monumentos. La antigua ciudad de Panamá, fue la primera ciudad fundada en el litoral Pacífico del Continente Americano, además, fue declarada el 1997, Patrimonio Mundial de la Humanidad. “Hoy, la moderna ciudad de Panamá, escribe su historia mirando la antigua ciudad”, dijo reflexivo Destellito, para luego leer de la sagrada Biblia:
Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. Jeremías 6:16.
Para nadie que vive en ciudad de Panamá, pasa inadvertida la presencia de la ciudad vieja, ésta existe por aquella. La ciudad metrópoli debe mirar hacia la ciudad antigua para saber sus orígenes, allí están los esfuerzos de los primeros hombres y mujeres que la iniciaron como tal. Del mismo modo, los hijos e hijas del Señor Dios Todopoderoso que hoy viven, no deben dejar de mirar a la Iglesia Primitiva, como tampoco deben dejar de estar atentos, a los hombres y mujeres luchadores de la fe, que a costa de un gran esfuerzo trazaron un sendero para caminar por él. No está bien renegar de los primeros padres, porque si no hubiese sido por ellos, de repente usted no estaría bajo el abrigo del Altísimo. Hay que seguir el consejo del profeta Jeremías, detenerse, y preguntarse si de acuerdo a la senda que trazaron los fundadores, están caminando de acuerdo a ella, concluyó su consejo Destellito.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org