Temas y Devocionales Cristianos

¡Madres que salvan a sus hijos del acreedor!

¡MADRES QUE SALVAN A SUS HIJOS DEL ACREEDOR!

Basado en 2 REYES 4: 1 – 7

INTRODUCCIÓN: A continuación estudiaremos este tema usando como ejemplo bíblico el caso de una mujer, madre que logró salvar a sus hijos del acreedor en la época del profeta Eliseo. ¿Cómo hizo? Y siguiendo ese ejemplo ¿cómo lo podemos hacer hoy? Veamos los hechos.

1. LA SITUACIÓN: Analicemos en primer lugar la situaciónde esta mujer.

A. SE HABÍA CASADO (Vr. 1)

REFLEXIÓN: ¿Es justo que nuestros hijos paguen y sufran las consecuencias de nuestras equivocaciones, errores, faltas y pecados? ¿Qué ellos sufran por culpa nuestra? ¡Por eso antes de actuar y tomar ciertas decisiones pensemos muy bien en lo que vamos hacer para que más adelante los hijos no salgan perjudicados y paguen las consecuencias! (Ruth 1: 1-5; 1 Samuel. 31: 1-43)

¿En quién se fijó el acreedor? ¿Por qué? ¿Qué motivos tenía? ¿Qué puertas y ventanas le abrieron? ¿Quiénes le abrieron las puertas y le dieron esos motivos? Si hubiesen cancelado la deuda ¿el acreedor seguiría acechando a estos muchachos? ¡No más motivos ni puertas abiertas al acreedor! A partir de hoy le cerraremos las puertas, ventanas, portillos y cualquier hendija que le hallamos abierto al acreedor para que no siga visitando nuestra familia y acechando a nuestros hijos.

2. LA SOLUCIÓN: Analicemos lo que esta mujer hizo a tiempo para salvar a sus hijos del acreedor.

A. BUSCÓ ASESORIA, AYUDA Y DIRECCIÓN ESPIRITUAL (Vr. 1 – 4)

Clamó (hb. Tssác): dar un grito desesperado, dar voces, implorar, quejarse (DHH), hablar, compartir, contar, preguntar, consultar, suplicar acercarse (PDT), suplicar (otra traducción).

REFLEXIÓN: Una asesoría, consejería oportuna y a tiempo, con sinceridad, con la verdad, con sabiduría, temor de Dios y fundamento bíblico puede ser la solución. Es cierto que hay situaciones, casos, asuntos que uno puede manejar, sobrellevar y solucionar; pero también es cierto que hay situaciones que se nos salen de las manos, que se han complicado, agravado y cuestan resolverlas: no dudemos en buscar la asesoría, consejería y ayuda espiritual que necesitamos y quienes más indicados que nuestros pastores, los concejeros de la iglesia. Aun la ayuda profesional (sobre todo cristiana) si el caso lo amerita. No dejemos que los prejuicios, complejos, los temores, la pena nos impidan buscar, obtener la dirección y la asesoría que necesitamos a tiempo, que pueda solucionar nuestro caso familiar, espiritual, sentimental, ministerial u de otra índole. Recuerde el poder de la consejería espiritual (Proverbios 1: 5: 4: 13; 11: 14; 12: 15; 15: 22; 19: 20; 2: 20; 20: 5; 27: 9)

B. ACTUÓ Y SE PUSO EN MOVIMIENTO EN FE Y OBEDIENCIA(Vr. 3 – 5)

REFLEXIÓN: Debemos actuar, ponernos en movimiento si queremos ver los resultados, la respuesta, la solución que se presenta en la casa, en el hogar, en el matrimonio, en la familia, con los hijos y de otras índoles. No nos quedemos solo con lo primero: la consejería, la palabra, la oración, el ayuno, la información: hay que actuar y ponernos en movimiento antes que sea tarde y se empeoren las cosas (Génesis 14: 11 – 16; Éxodo 14: 15; 1 Samuel 2: 12 – 17, 22 – 36; 25: 14 – 36). Recuerde que la fe más que teoría es acción (Génesis 12: 1 – 9; Hebreos 11: 1) y la fe sin obras es muerta” (Santiago 2: 17).

C. SE METIÓ EN EL SECRETO CON SUS HIJOS EN LA CASA (vr. 4, 5)

REFLEXIÓN: Es cierto que en la casa de Dios (Iglesia) somos ministrados, recibimos palabra de bendición, oramos, alabamos a Dios y tenemos koinonia (comunión) con nuestros hermanos en la fe, igualmente nuestros hijos reciben educación y formación cristiana (esta es la importancia de llevarlos a la iglesia). Sin embargo, la formación cristiana debe empezar en la casa y el refuerzo es en la iglesia. Como Padres tenemos el compromiso , la responsabilidad, el deber y la tarea con Dios, la iglesia y con nosotros mismos de instruirlos y encaminarlos en lo espiritual, lo ministerial y lo divino empezando en casa: los hijos no tienen que esperar llegar a la iglesia (aunque hay que ir) para leer la Biblia, orar; en la casa ya la leen y oran. Somos los padres los que debemos tomar la iniciativa en casa y diariamente (1 Samuel 1: 3 – 5, 21; Proverbios 22: 6; Job.1: 2, 4, 5; Efesios 6: 4): no tengo que esperar que mis hijos me inviten a la iglesia, a orar, a leer la Biblia; soy yo como padre y sacerdote de la familia quien tomo la iniciativa (padres cristianos). Lo que en casa le enseñamos y les instruimos en la iglesia también se verá reflejado. ¡Vamos a meterlos en el secreto con Dios y empezamos en la casa!

D. INVULUCRÓ A SUS HIJOS EN EL OFICIO Y EN EL TRABAJO QUE HABÍA QUE HACER EN EL MOMENTO EN LA CASA (Vr. 5, 6)

REFLEXIÓN: Padres se hace necesario delegar tareas y funciones a nuestros hijos en la casa, ocuparlos y ponerlos hacer algo en casa. No es justo que mientras mamá se ocupa de todo y en todo en los quehaceres del hogar, nuestros hijos se la pasan pegado al televisor, al internet, al teléfono, al celular, saliendo y entrando, empaquetados, olorosos, cruzados de piernas en la terraza, donde los vecinos, con el novio para arriba y para abajo, en la calle. “Muchas veces somos nosotros los padres los que enflojecemos a los hijos”, por que no los involucramos en los oficios de la casa. Cuando ese muchacho le tocó salir del hogar por motivos de estudios universitarios, visita a familiares; no va a saber hacer nada ¿y de quién van a hablar?

Hijos ustedes también son parte de la solución a los problemas que se presentan en la familia, su aporte es especial para el bienestar del hogar y de ustedes mismos. ¡Manos a la obra! Recuerde que los judíos no sólo enseñaban las escrituras a sus hijos y los instruían en el culto; también les enseñaban un arte.

E. PAGÓ A LOS ACREEDORES (Vr. 7)

REFLEXIÓN: Lo malo no es hacernos deuda; sino no pagar, no cancelar. ¡Apagar se dijo! ¡Pague lo que debe! (Salmos 37: 24; Romanos 13: 7; 8; Filemón 18).

  1. F. NO LE SOLTÓ LOS HIJOS AL ACREEDOR.

REFLEXIÓN: No soltemos a nuestros hijos y mucho menos al acreedor por muy difícil que sea la situación en el hogar, en la familia (Génesis 21: 15 -18).

CONCLUSIÓN: Después de haber escuchado esta palabra, nos damos cuenta como esta mujer viuda pudo y logró salvar a sus hijos del acreedor, sacarlos adelante, educarlos, criarlos, encaminarlos en la verdad. ¡Mujer usted también puede lograrlo con la ayuda del Espíritu Santo! ¿Cuál es el acreedor de hoy que está acechando a tus hijos? ¡Si es posible salvar a nuestros hijos del acreedor! ¡MANOS A LA OBRA!

Autor: PrediCantor Garys Leandro

Preparado especial y originalmente para: www.destellodesugloria.org