Temas y Devocionales Cristianos

Mi heredad, flecha y recompensa

MI HEREDAD, FLECHA Y RECOMPENSA…

Escrito por Lilo de Sierra

“Los hijos son una herencia del Señor, los frutos del vientre son una recompensa. Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud”

(Salmo 127:3 NVI)

Una familia disfuncional, es aquella, en la que sobreabundan los conflictos, continuamente generados por situaciones que desestabilizan el curso normal de lo que sería una familia ideal.

La mía, no es perfecta, pero por la gracia de Dios hemos sido restaurados. Juan y yo, decidimos unir nuestras vidas hace cinco años, cada uno con la carga de un divorcio anterior en la espalda. En yugo desigual, iniciamos nuestro caminar juntos, sin saber a ciencia cierta, lo que enfrentaríamos después de dar el sí ante un notario.

Nuestro primer año de casados, fue complicado. Nicole y Juliana, fruto de mi primer matrimonio y Juanita, heredera de su amor de padre, conformarían junto con nosotros el hogar Sierra Fragozo. No fue suficiente el amor que invadía nuestro corazón, peleas continuas, autoridad quebrantada, celos de nuestras hijas, reclamos constantes por las muestras de amor que teníamos no solo entre nosotros sino para con ellas, la continua intromisión de nuestra parentela y la débil relación  que para ese entonces teníamos con sus respectivos padres, generaron caos, confusión y desesperanza.

Nos vimos muchas veces, con las manos sobre la cabeza, pensando que habíamos cometido un error al unir nuestras vidas, pero a pesar de considerarnos derrotados, el sentimiento de perseverar y luchar, nos ha mantenido firmes y unidos hasta el día de hoy.

He cometido muchos errores, pero mis hijas no son uno de ellos. Ellas jamás serán la consecuencia de una mala decisión; quizás al caminar por fuera de la voluntad de Dios, haya tenido que pasar más dificultades, pero mis niñas lindas, son recompensa del Señor, así lo creo y así lo declaro.

Miro fijamente los ojos de mis princesas, y mi corazón se estremece de emoción y se llena de tanto amor, que siento estallar de felicidad.

Soltera, solía decir, que no tendría hijos, que quería llevar una vida apacible, con ausencia de responsabilidades como la de ser mamá, en la que se exigía no solo tiempo y dinero, sino el sacrificio de ver mi cuerpo cambiar después de 9 pesados meses de embarazo.

Ser mamá no era mi prioridad, pero tuve que enfrentar no una, sino tres veces el reto que Dios me imponía de luchar, para verlas crecer y darles todo lo que ellas necesitaran muy a pesar de mi misma, porque tendría que dejar de lado el egoísmo.

Los dos embarazos no fueron fáciles, con amenaza de muerte por las preeclamsias sufridas al momento del parto y abatida por la desesperación que trae un matrimonio al borde del abismo, Dios me mostró el verdadero amor, en la sonrisa desparpajada de Nicole y las pecas sutil y estratégicamente ubicadas en las mejillas de Juli.

Años más tarde, El Señor me sorprendió, con la llegada de Juanita a mi vida. Mi relación con ella, ha sido víctima de las circunstancias, fluctuante, a veces fría y distante, pero a su vez, cargada de amor incondicional. Es mi hermosa rubia, que cada día, demanda de mí ser mejor persona y un esfuerzo adicional de ceder las veces que sea necesario, para que ella sea feliz. Cuando Dios la trajo a mi vida, hubo química aquel primer instante compartido cuando nos conocimos, es supremamente especial, inteligente y sagaz. La considero mi hija aunque no nació de mí, y por ella daría mi vida si fuera necesario.

Cada lágrima derramada en mi pasado, ha valido la pena cuando las escucho hablar sin parar, cuando veo cuan talentosas son, cuando sonríen o cuando callan con humildad al ser disciplinadas o cuando me buscan al estar tristes, porque es a través de su cariño incondicional y desinteresado, que mi vida cobra un propósito.

Le doy gracias a Dios, por no tener en cuenta mis palabras y darme la oportunidad de sentir los bracitos de mis hijas rodear mi cintura, porque cuando ellas me abrazan, sé que Él está ahí conmigo.

Aún me falta mucho por aprender, deseo ser la mejor mamá del mundo, dejarme moldear hasta que papito Dios, haga de mí una mujer que como dice proverbios 31, sea alabada por sus hijas y su esposo, por lo que en esencia es…

Quizás te sientas identificado(a) con lo que te acabo de contar. Quiero expresarte mi voz de aliento, al confirmarte, que lo que hoy sientes como caos, el día de mañana glorificará a Dios. A lo mejor, te quieran dar a entender que no hay esperanza para ti y la familia disfuncional que hoy tienes, has concebido tu vida en derrota, y el horizonte que puedes vislumbrar es el abismo que lleva al divorcio o la separación; te sientes desesperado, al no saber cómo criar un hijo que no es tuyo o simplemente, te sientes acosado por la presión ejercida por personas que son obstáculo para tu hogar. La solución a todo esto, exige acciones que demandan amor, paciencia, tolerancia y un corazón dispuesto para defender las bendiciones que Dios ha derramado sobre ti.

Te invito a que por un segundo, te detengas a observar a los ojos a tus hijos, en medio de su honestidad, ingenuidad e inocencia, te enseñan cada día una lección de humildad, de perdón y de confianza. Necesitan de ti, no tu dinero, ni tu éxito profesional, sino tiempo de calidad y una caricia llena de ternura.

Merecen que los cuides, porque son frágiles. Has sido llamado para luchar por ellos, ser su luz, su guía y atreverse a nadar en contra de la corriente, para salir en su defensa y luchar para que sean felices.

¡No te rindas!, No hay un mejor motivo para seguir adelante y librar la batalla por tu hogar. Ellos son tus tesoros, son linaje escogido, real sacerdocio, son los niños consentidos del Todopoderoso y al cuidarlos, Dios en su infinito amor, te recompensará por siempre y para siempre.

“Y el que recibe en mi nombre a un niño como éste, me recibe a mí.  Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar”

(Mateo 18:5 – 6 NVI)

Escrito para www.destellodesugloria.org