En busca de lo perdido
(Lucas 15:4-6 RV60)
¿Alguna vez has perdido algo importante o de mucho valor? Si eres como yo, comienzas a buscar desesperadamente en todas partes, tratas de pensar dónde lo pudiste haber dejado, si alguien más lo pudo haber tomado, y te dices a ti mismo: “lo tengo que encontrar”
Soy muy curioso y me puse investigar el significado de la palabra “buscar” y encontré que viene la palabra hebrea baqash que se significa buscar con el fin de hallar algo que está perdido, algo que hace falta, o algo que su ubicación es desconocida.
Cuando leí este significado, Dios me hizo recordar tres parábolas que Cristo habló al pueblo: La parábola de la oveja perdida, la parábola de la moneda perdida y la parábola del hijo pródigo.
Déjame decirte que Dios también esta buscando algo muy importante y demasiado valioso para él, pero antes de ver lo que Dios esta buscando quiero que veamos lo que Cristo nos enseñó, acerca de buscar lo perdido.
La ovejita que se perdió
En Lucas 15:3-7, leemos la parábola de la oveja perdida. En ésta parábola Cristo hace referencia a un hombre que tiene cien ovejas, pero una se pierda y el hombre va en busca de ellas, sabiendo que las demás estarán bien.
Como compartimos en el tema anterior (Escuchando Su voz), Dios nos compara con ovejas y Él es nuestro Pastor. Las ovejas reconocen la voz del pastor y le siguen sin temor, pero si una ovejita se pierde es porque se distrajo y fue en busca de otras cosas que llamaron su atención.
Esta ovejita perdida representa a las personas que son nuevas en el evangelio y que escucharon alguna voz extraña haciéndolas que se desviaran del camino. Dios desea que todos sean salvos y que nadie perezca (1 Timoteo 2:4; 2 Pedro 3:9). Por eso es importante que esa ovejita venga de nuevo al camino de Dios.
Probablemente al haber estado fuera del redil, se halla lastimado, este en peligro, sea presa fácil para un depredador. Dios va en busca de ella para que no perezca.
La moneda que hace falta
La segunda parábola que Cristo compartió fue la de la moneda perdida en Lucas 15:8-10. Podemos ver que una mujer tenía diez monedas llamadas dracmas, que eran de plata y su valor era igual al salario de un día.
A la mujer que se le pierde una moneda, en su propia casa, y comienza a barrer por todas partes, iluminando cada rincón. Su único objetivo es encontrar aquello que para ella es de mucho valor.
Esta moneda perdida, representa a todos aquellos cristianos que tiene un talento especial. Son aquellos que saben cantar, tocar un instrumento, saben hablar frente al público, les gusta servir a otros, les gusta hacer manualidades, dar consejería, visitar ancianos, llevar comida a los hospitales, les gusta evangelizar, orar por otros e interceder, trabajar en células, etc.
Estás personas están perdidas en la misma Iglesia, no están afuera, sino adentro. Dios desea desempolvar esos dones y talentos para que sean usados para bendecir a otros. Tal vez, estas personas están perdidas en la Iglesia porque en algún momento los menospreciaron y no supieron valorar su talento. Dios busca gente valiosa para edificar Su iglesia.
El hijo que se desubicó
Por último leemos en Lucas 15:11-24, la parábola del hijo pródigo. Esta parábola nos enseña sobre un padre que tenía dos hijos; el menor de ellos le pide su parte de la herencia. Obteniéndola fue y malgasto todo lo que tenía, viéndose en la miseria. El hijo tuvo que reconocer su error y volver al padre con un corazón arrepentido.
El hijo prodigo puede representar a dos tipos de personas:
- Los cristianos que creen ser lo suficientemente maduros como para iniciar su propia obra en Cristo. Estos son los que se levantan contra la autoridad y deciden abrir su propia iglesia, desean ser independientes y hacer las cosas a su manera. Tarde que temprano se darán cuenta que lo que siembran eso cosechan. La solución es volver al lugar de donde salieron y sujetarse a la autoridad.
- Los cristianos que creen poder vivir sin Dios, y se vuelve al mundo y al pecado. Van y consiguen malas relaciones y amistades, malgastan su dinero y bienes para satisfacer sus deseos y llenar el vacío que hay en sus corazones. La solución es volver al Padre y reconocer que sin él nada somos.
A la oveja perdida se le busca, a la moneda perdida se le busca, pero al hijo pródigo se le espera con los brazos abiertos. El hijo pródigo sabe el camino de regreso, solo tiene que reconocer que se equivocó y ser maduro para pedir perdón. Dios los espera para restituirlo todo.
¿Con quién te identificas?
Tal vez te identifiques con la ovejita perdida, ya hay gente que te visita y te busca para que regreses a la iglesia. Pues es Dios quien esta mandando por ti. Ya no resistas más y vuelve al redil con las demás ovejas, escucha la voz del buen Pastor.
Quizás te hayas identificando con la moneda perdida. Si tienes un talento, ponlo a la disposición de Dios, y a su tiempo estarás sirviéndole con mucho gozo. Te han invitado a formar parte de un ministerio, te motivan a que hagas algo para Dios. Abre tu oído Dios te esta llamando.
¿Cuántos se identificaron con el hijo pródigo? Yo fui una vez un hijo pródigo, pensé que sin Dios podía hacer mi vida, pero heme aquí, tuve que reconocer mis errores, y pedir perdón por mi rebeldía. Y aquí estoy, poniendo por obra lo que Dios me dijo que hiciera, escribir para bendecir a otros.
Si te identificas con le hijo pródigo, déjame decirte que nadie ira por ti, ni tu líder, ni tu pastor, ni los hermanos. Si no van por ti, no es porque ellos no quieran, te aseguro que desean ir, pero Dios no los dejará. Estando así no escuchamos a nadie, por orgullo. Pero Dios te está esperando. Decídete hoy.
Dios hará una gran fiesta
En las tres parábolas, cuando se encuentra lo perdido, se hace una gran fiesta (Lucas 15:6, 9, 23-24). Imagínate el gran festejo que se hace en el cielo cuando Dios encuentra lo que busca con más anhelo.
Lo primero que Dios busca, son aquellos que no le conocen. Aquellos que no saben que tienen un Dios poderoso, y que está interesado en cada uno de nosotros. Ese es el objetivo principal de Dios, la salvación del mundo. En el próximo post quiero compartirte sobre tres tipos de personas que Dios está buscando, y cuando sean encontrados, habrá un gran regocijo en el cielo.
Recuerda tener tus oídos bien abiertos para escuchar la voz de Dios, cuando comience a hacer el llamado. Comenzó la búsqueda de Dios.
Te invito a dejar tus comentarios y a compartir con otros lo que el Señor está hablando a tu corazón. Estamos para servirte.
Autor: Juan Manuel Ramos Castro
Escrito para www.destellodesugloria.org