¡Amores que matan!
Génesis 3:8
Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
Jehová Dios sale a pasear por el huerto, al aire del día como de costumbre para encontrarse con Adán, el primer hombre y tener un tiempo a solas con él. Pero Adán lo dejo esperando, lo menosprecia, no acude a la cita. Adán ignoró a Dios y como que pareciera que Dios todavía esta en el huerto esperando.
Jeremías 31:3
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
Es increíble pensar que Dios se pudiese estar paseándose por mi huerto, o por la sala de mi casa al despuntar el día para tener un encuentro a solas conmigo. Que triste seria pensar que así como Adán dejo a Dios esperando por haber abrazado las tinieblas de sus propios deseos, que yo también lo he dejado esperando muchas veces por preferir estar en el internet, dormir hasta tarde o hacer cualquier otra cosa en lugar de tener un tiempo a solas con El.
Oseas 11:4 (NVI)
Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor. Le quité de la cerviz el yugo, y con ternura me acerqué para alimentarlo.
Dios me ha estado escribiendo largas cartas de amor, están todas contenidas en un libro que se llama La Biblia. Dios me declara en ella su gran pasión, su amor incondicional y eterno, los planes que tiene para nosotros, la vida que
ha preparado para mi en un lugar hermoso y perfecto, las lagrimas que a veces corren por su rostro al ver mis malas decisiones y como con lazos de amor me estado atrayendo, buscando y llamando. Dios se ha hecho vulnerable en su Palabra, y a pesar de haberlo yo ignorado por tantos años, el esta buscando reconciliación. Desea profundamente tener una relación estrecha conmigo, desea conocerme mas y ser mi mejor amigo, mi padre eterno, mi rey y mi Dios.
1 Juan 2:15-17
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Pero la realidad es que no tenemos tiempo para Dios. Dios no es lo suficientemente importante. Nuestros corazones están cargados de afectos destructivos que compiten con Cristo y que nos mantienen empobrecidos y lejos de Dios. Pero Dios no esta compitiendo, el Omnipotente no necesita competir, Dios simplemente no me necesita, no necesita nada, a nadie aunque desea profundamente mi amor, mi respeto y mi devoción. Yo soy el que necesito de él. Ciertamente soy yo el que necesito desesperadamente la presencia de su amor en mi vida, el calor de su mano, su bendición y su provisión, porque sin el no puedo vivir. Fuera de El no hay satisfacción.
Salmos 57:8
Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa; Me levantaré de mañana.
El rey David exhorta a su propia alma a dejar a un lado todas las distracciones y a sacar un tiempo exclusivo para Dios temprano en la mañana. David se exhorta a despertar a la realidad maravillosa de un Dios cercano que busca intimidad con su alma. Debemos, por lo tanto, despertar de ese sueño de muerte que nos mantiene lejos de Dios y limpiar nuestros corazones de esos afectos que nos roban de la bendición de su amor. Debemos buscar a Dios como nos gusta que nos busquen a nosotros, con respeto y con valor.
Mateo 11:28
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Lo interesante es que Cristo todavía me esta esperando en el huerto, me esta exhortando a venir a el porque hace dos mil años que El lo dejó todo por mi y me esta esperando. Todas las mañanas espera tranquilo, sin prisas a que yo me de cuenta de cuanto mi alma lo necesita.
Hebreos 4:16
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
En la parábola del hijo prodigo, el hijo menor de un padre rico desprecia a su padre y se va lejos, a una tierra lejana donde malgasta toda su herencia viviendo perdidamente. El padre todos los días sube a una montaña desde donde se puede ver el camino por donde su hijo se fue, todos los días el padre sube esperanzado por ver a su hijo se decide volver.
Lucas 15:20
Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Dios mira de lejos todos los días para ver si decido volver, desea besarme, amarme, cuidarme, cubrirme de ropas nuevas, hacer fiesta en honor a mi regreso y olvidarse del pasado. ¿Cuando fue la ultima vez que te dejaste abrazar de Dios en el huerto? ¿Cuando fue la ultima vez que te sentaste a los pies de Jesús a escucharlo tempranito en la mañana? ¿Cuando fue la ultima vez que le abriste tu corazón? Corre al huerto, Jesús te espera. Déjate besar y abrazar de Dios.
Escrito especialmente para destellodesugloria.org.
Autor: Lucio Spitaleri