Jabes un día dijo: “¡bendíceme a mí!”
¡Bendíceme a mí! tienes que repetirlo hasta que todo ese miedo y vergüenza se destruyan, ya oraste mucho por otros; es el momento de decir: ¡Bendíceme! ese miedo que otros te metieron tienes que sacarlo afuera, porque todo el poder de Dios está dentro de tuyo.
La gota del océano no es el océano pero es de la misma naturaleza del océano. Tú y yo tenemos la naturaleza divina para decir: “soy todo lo que Dios dijo que soy y puedo hacer todo lo que Dios dijo que puedo hacer”.
“ensancha”: hazlo a lo grande, ora por el doble, si hoy ganas 3000 que ganes 6000 si viajaste a un país, este año viajarás por más países. Ya sufrí demasiado dijo Jabes, es hora de que me bendigas, ¡que materialmente me expanda!
“mi territorio”: estaba en Israel e Israel estaba ocupada por enemigos, esa gente ocupaba lo que no era suyo, y Jabes dijo: “que me sea devuelto otra vez” no le pidió a su mamá, no le oró a ningún amuleto, ¡oró a Papá!
“que tu mano esté sobre mí”: sácame mis culpas, mis miedos, mi timidez. Dame experiencias lindas, mis propias experiencias, mi propio BestSeller. Yo quiero ser el lápiz para escribir la próxima historia de mi país.
“líbrame del mal”:porque cuando Dios te bendiga van a venir los males a reventarte, y Dios te tiene que librar de los malos, que aparecen cuando estás bien, no cuando estás mal.
Jabes dijo: “bendíceme, ensánchame, líbrame del mal”. La inteligencia: es el motor; la sabiduría: el volante. En menos de un minuto tu pareja se va a recomponer, los hijos serán bendecidos, volverás a disfrutar de la paz.
Porque Dios te dice: “yo acelero mi palabra para ponerla por obra” voy a darte aceleramiento divino, y lo que antes te costó tanto tiempo, ahora lo lograrás en pocos minutos.
Jabes significa “dolor”; este hombre lo único que hizo fue pararse arriba de su dolor, no dijo: “mi mamá no me quiere, no me ama, ni me mima”. ¿Cuánto tiempo hemos gastado orando así? háblale al Padre y dile: “¡bendíceme a mí!” Dios dijo: “¡a ti, a ti, a ti, te voy a dar lo que me has pedido!”.
Porque Jabes oró al Dios de Israel; no de Abraham, ni de Isaac. Israel era Jacob que significa tramposo, pero un día Jacob dijo: “bendíceme” y de allí en adelante le dijo el ángel ahora te vas a llamar “Príncipe”.
¡Jabes oró al Dios que cambia los nombres!
Al ciego de nacimiento cuándo le preguntaron: “dinos quién te sanó”, él les contestó: “¿en qué lugar? ¿cómo? y ¿cuándo? no lo sé, yo lo único que sé es que antes estaba pobre, solo y él me abrazó, él me adoptó, ¡¡Cristo, Cristo, Cristo me ha bendecido!!
El Dios que agarra al enfermo y lo sana, al pobre lo hace rico, al Dios que levanta al caído, el que produce cambios. El Dios de Israel también es Elohim, el Todopoderoso, que cambia mi destino.
Jabes tuvo una ciudad, que se llamaba Jabes como él, el Señor lo llenó, lo hizo desbordar y esa bendición cayó sobre toda su descendencia. Esa bendición caerá sobre tus hijos, tu matrimonio y tu familia y también hasta tus enemigos estarán en paz contigo. Podrás decir: “unges mi cabeza con aceite, mi copa que ya está sana ¡está rebozando!
Dios no le dio de a poquito. Jabes dijo: “ya estuve abajo” ahora me voy para arriba, viene un viento del norte (viajes, herencia, casa propia) ¡nos ensanchamos bien grande!1° Crónicas empieza aburrido, con nombres difíciles, pero en el capítulo cuatrodice: “Jabesfue más ilustre”; cuando hay alguien que ora, rompe toda la genealogía aburrida. Cuando llega a tu nombre dice:“alto, porque acá hay alguien que oró bien”, ¡vas a marcar la diferencia en tu casa!
Por Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org