Ya no te vas a esconder más, vas a cumplir tu propósito

Ya no te vas a esconder más, vas a cumplir tu propósito

no te vas a esconderNo importa cuánto tiempo estuviste en el piso, alguien ha venido a tu vida: El Señor,  y Él te dice: “Yo iré donde tú estás, escucha mi voz. Levántate, toma el lecho que tenías, llévalo de carta de testimonio, muéstralo. Porque correrás y no te cansarás,  caminarás y no te fatigarás. Y luego levantarás alas como las águilas, y yo cumpliré los sueños de tu corazón. Sígueme, ámame, adórame, Yo soy tu Rey, ponme en el centro de comando de tu vida y espera lo mejor de mí”.

Dios usa a “las ramas secas” para que ardan por Él

Un día en que Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto y llegó a Horeb, la montaña de Dios.  Estando allí, el Ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía,  así que pensó: “¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza”.

El arbusto: representa a Moisés. El fuego: La Presencia de Dios, ¡nadie va a poder apagar esa pasión que hay dentro tuyo, porque Dios te encendió y nadie podrá apagarte!

¿Por qué un arbusto? porque Dios usa a ramas secas, “tú necesitas encenderte en su Presencia”. ¿Por qué Moisés se tenía que sacar las sandalias? Porque Dios quería que entendiera que todo lo que había caminado en Egipto lo tenía que  dejar atrás (su pasado). Ahora tendría nuevas experiencias, ungiría sus pies para un nuevo propósito.

Quizás hoy lo que está en tu mano es una vara muerta “¡pero hay poder en mi mano para traer vida en abundancia dijo Dios!”

Aunque “te tiren al río” tu rescate está garantizado

Cuando Moisés era pequeño Faraón soltó el genocidio, porque el enemigo no soporta que des a luz tus sueños, por eso, detrás del placer “te está esperando el cocodrilo para comerte”. Moisés fue arrojado a las aguas que estaban llenas de estos animales, pero ninguno lo tocó, porque el Señor dijo:

 “Hoy eres un bebito, pero vas a crecer y vas a cumplir mi propósito”. Desde pequeño Dios te dio un sueño grande que nadie lo va a matar.

Faraón mandó a matar sólo a los varones, pero quería que las mujeres  vivan para quebrarles la mentalidad de Dios y que tuvieran la egipcia. ¿Por qué no llamó a las parteras egipcias? porque cuando te lastima alguien de tu pueblo te duele más. Faraón quería quebrarles el espíritu de equipo que tenían, pero las parteras hebreas, creían en Dios, habían mantenido su fe en él a pesar de todo lo que estaban viviendo.

Si tu autoridad máxima es el temor a Dios, no va haber ningún pusilánime de turno que te obligue a hacer cosas que tú no quieras hacer.

Tu currículum es lo de menos, ponte de acuerdo con Dios

El enemigo nos quiere hacer “trabajar al cuete” (que pierdas tu tiempo) en el pantano, tipificado por las ciudades de Pitón y Ramesés en donde el pueblo de Israel trabajaba sin parar.

Pero lo que Faraón no sabía era que a Moisés lo habían engendrado dos adoradores, sus padres eran Amram y jocabed que eran descendientes de levitas (los que tenían a cargo la adoración) y cuando dos adoradores se unen siempre nace un milagro, y nació Moisés. En el libro de Éxodo no dice los nombres de los padres de Moisés ¿porque no dice sus nombres?

¡Porque  no importa tu nombre, tu currículum, si eres un anónimo y te pones de acuerdo con Dios vas a parir tu milagro!

Moisés un día cuando estaba en la montaña, le habló a Dios y le dijo: “mira a tu pueblo que yo lo estoy guiando, muéstrame tu gloria”. Y el Señor le mostró sus espaldas: “te voy a mostrar la gloria de mis espaldas, que representan las espaldas de Cristo”; porque fue él quien cargó los  pecados de todo el mundo, él nos sanó de todas nuestras dolencias, nos dio la paz que el mundo no nos puede dar, y nos devolvió el propósito para el cual nacimos.

Cuando bendecimos a la gente, Dios nos habilita para ver su gloria, pero primero hay que amar a la gente. Por eso Dios te dice: “te voy a mostrar algo” porque te estoy formando y trabajando aún en tu vida, y aunque para los demás seas el número dos, ¡para mí siempre vas a ser el número uno!

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

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