El rey de la tierra echó el ojo sobre mi vida
“No me pidas que te deje”: decretó que iba a aprender todo lo que fuera necesario, eso significa abrir mi mañana; mis hijos serán libres de la droga, mi marido no va a emborracharse más, el maltrato se va a terminar en mi vida. Fue un decreto de autoridad “no me voy a morir por lo que me pasó” ejerció autoridad sobre su vida.
El Salmo 60:12 asegura: “En Dios haremos proezas, y él hollará a nuestros enemigos”.
Cuando nos preparamos para hacer proezas en el Señor, debemos comprender que la vida no es fácil, al contrario, puede ser muy dura y encontraremos dificultades, por lo que es necesario tomar valor y lanzarnos a lograr grandes objetivos. Siempre se levantarán enemigos, pero la Palabra dice que Él los derrotará, cuando estemos peleando Sus batallas. Es decir que al luchar por cumplir los propósitos de Dios, sus ángeles están a nuestro servicio. Así que no tengas miedo y decídete a lograr proezas.
Atrévete y humíllate si es necesario, pero acepta el reto de hacer proezas porque estás del lado del ganador.
Gedeón se preguntaba cómo salvaría al pueblo si era pobre y el más pequeño de su familia, David no era considerado digno por los suyos, ¡su padre incluso lo olvidó cuando el profeta Samuel le pidió que reuniera a sus hijos! Luego, el rey Saúl le dijo que no podría vencer al enemigo porque era joven y no sabía pelear. Esas no eran excusas, eran enormes verdades que Dios hizo a un lado porque ¡para Él, no hay nada imposible!
Rut dijo: “donde vayas Señor yo iré”, “Extiende sobre mí tus alas, como una mamá gallina, cúbreme Señor”: El extendió el ala de su borde y te cubrió (Jesús). Rut se jugó por Dios. Ella se dio cuenta y pensó: “El rey de la tierra echó el ojo sobre mi vida”.
Ahora en Belén hay pan, Noemí se va con Rut a Belén, y dijo: “llámenme Mara: “amargura”, perdí a mi esposo y a mis hijos, nunca podré tener nietos”. Rut también estaba llorando pero dijo: “tu Dios y las bendiciones de tu pueblo serán sobre mi vida, la gloria de Dios rodeará mi vida.
Orfa no se arriesgó prefirió seguir con una vida monótona
Pensar en cambios trae mucha angustia, por eso prefieres dejar la mente vacía y seguir haciendo lo mismo, sin que nada te apasione o motive, lo que antes te gustaba ya no te gusta. Es como estar en una cárcel y sentir que no disfrutas nada. La mujer que vive en monotonía es vanidosa. Creemos que vanidad es tener zapatos, ropa o ir a un hotel de lujo “cinco estrellas”, pero en la Biblia, la palabra vanidad significa: “algo que carece de éxito y de fuerza”. Entonces, monotonía es una vida aburrida que carece de éxito y propósito.
A esto se refería Salomón cuando dijo: “Todo es vanidad, nada tiene sentido, todo está vacío”.
Una mujer vive en vanidad:
Porque está psicológicamente desocupada.
No te atreves a soñar, porque te puede agarrar depresión. Pensar que tu matrimonio va de mal en peor, que ya no hay pasión, que tu marido está en “cualquiera”, que no te reconoce ni valora, te trae angustia, por eso dices: “algún día las cosas van a cambiar”, y ese día no llega nunca.
Porque está enmascarando el cansancio.
Se siente agotada y, quiere hacer un cambio, salir de la rutina, pero dice: “No puedo”, “No me da el tiempo”, “Tengo tantas cosas programadas en el día que no puedo parar ni cinco minutos para tomarme un té”, “No puedo ir a cenar afuera porque, cuando llega la noche, sólo quiero dormir”, “Tengo mi vida marcada de antemano”. El cansancio y el agotamiento hacen que tu vida sea monótona, aburrida.
Porque se siente frustrada.
No puede hacer lo que le gustaría, no intenta nada y sigue, como siempre, batiendo huevos.Si dices: “No salgo hasta tener toda la casa limpia, hasta que le cocine a los chicos”, terminarás sufriendo. Desátate de ese concepto y disfruta de la vida, porque no hay nada más lindo que ser libre. Aunque no hagas lo que te gustaría, aprende a desafiar tu vida.
Tienes que trabajar por tu sueño; Rut no tuvo vergüenza, empezó levantando las espigas que caían de la carreta, pero luego se convirtió en la dueña del campo.
Dios te dirá que sueltes la capacidad que te dio para revertir tu realidad.
El potencial lo podemos usar para bien o para mal, por eso podemos transformar nuestro día. Si decidimos que, a pesar de lo que escuchemos, será un día bendecido, eso recibiremos. Cuando Jesús pasa por la vida de una mujer la transforma, la saca de la monotonía para vivir experiencias extraordinarias.
Ábrete paso en medio de la dificultad, saca tu mano y declara: “No soy una mujer común, nací para brillar delante del rey, soy una joya preciosa. Llevo la marca del Espíritu Santo, soy la hija del Rey.”Todo dependerá de tu decisión, del abrazo, la caricia, el beso, el consejo, la alegría, el gozo, la esperanza, la motivación que siembres cada día, de las palabras dulces que salgan de tu boca y eso cosecharás. ¡No aceptes la vida como viene, esfuérzate!
Autora: Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org