Un Destellito en las manos de Dios.-
Como pez fuera del agua.-
En su recorrido por la faz de la Tierra, Destellito sintió curiosidad por un grupo de personas, seis en total, que se encontraban de pie al borde de un malecón, cada uno lanzaba con frecuencia la caña de pescar con la esperanza de capturar algún pez, unos lo lograban y otros no, sin embargo, Destellito reparó el gesto que hacían los peces cuando eran sacados del agua. Sintió mucha pena ver la desesperación con que trataban de tomar oxígeno, que solo lo podían obtener del mar, tratando de sobrevivir. Ya no estaban en su elemento natural, más tarde morirían.
La Biblia dice en Juan 17:14, “Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”, además en Juan 17:16, la Palabra de Dios dice: “No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo”, expresó Destellito.
Los efectos del nuevo nacimiento son de tal magnitud, que el nuevo ser que nace de agua y del Espíritu, es una creación que jamás nunca existió, dijo Destellito; su cabeza brillaba con tanta intensidad que iluminaba todo a su alrededor, estaba pensando. El elemento de los hijos y de las hijas de Dios es el Reino, la Escritura dice que “nuestra ciudadanía está en los cielos” Filipenses 3:20; es Cristo, porque los creyentes están en Él y Él en ellos por medio del Espíritu Santo. Habrá ocasiones, continuó hablando Destellito, que el diablo hará grandes esfuerzos por sacarlos de su elemento, del Reino, de la Iglesia, de Cristo, lanzando su caña de pescar con carnadas seductoras. La fortaleza para resistir y permanecer fiel son dos: el amor y el temor del Señor. Salir del elemento al que pertenecen los hijos de Dios no significa otra cosa que morir; como el pez fuera del agua que mediante bocanadas inútiles intenta respirar para seguir viviendo. Del mismo modo los hijos del Reino, los del Evangelio de Jesucristo, inútilmente buscarán en el mundo como sobrevivir sin la oxigenación de la palabra predicada y enseñada bajo unción, por la razón más elemental, no pertenecen a este mundo, concluyó por decir Destellito.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Preparado para: www.destellodesugloria.org