¡DESPIDAMOS AL TITIRITERO!
Pero, los que hemos conocido La Verdad, y la verdad nos ha hecho libres (Juan 8:32)… ¿Cómo podremos seguir viviendo en esclavitud? ¿Cómo ser instrumentos de liberación, si continuamos con apretadas ligaduras, que nos impiden vivir esa Vida Abundante, que Jesús nos regaló, al tomar nuestro lugar en aquella cruz? (Juan 10:10 b) Es probable que ya no sirvamos voluntariamente al pecado; es probable incluso, que hayamos vencido sobre los vicios, la idolatría y el egocentrismo; que llevemos vidas piadosas y que hasta mostremos frutos dignos de arrepentimiento. Sin embargo, muchas veces, somos como marionetas, movidas por hilos sutiles, casi imperceptibles ¡pero muy resistentes! Vivimos como si no pudiéramos terminar de incorporarnos, de ponernos en pie, de avanzar y de conquistar…Arrastramos traumas, actitudes y estructuras de pensamientos, que nos mantienen anclados, impotentes ¡incapaces de fijarnos metas y objetivos!..Mucho menos aún de alcanzarlos.
A pesar de ello, nuestros líderes y padres espirituales, nos animan. Hacen referencia, al gran potencial que tenemos. Nos hablan de que ahora sí saldremos adelante; de que ahora sí, es tiempo de conquistar aquellos sueños y anhelos que habían quedado postergados, porque ahora, desde que nacimos de nuevo ¡ya tenemos la mente de Cristo! (1Corintios 2:16) Pero justo.. ¡justo cuando lo empezamos a creer! cuando nos ponemos “las pilas” para echar a andar, ahí aparece ¡otra vez el titiritero! Comienza a movernos los sutiles, pero tenaces hilos del “tú no puedes”…”no estás preparado, no has superado aún aquella triste experiencia ¿la recuerdas? ¡Sí! aquella de cuando eras el niño torpe y gordito, del que todos se mofaban en el barrio” “O la niña de gafas, que nunca leía bien en el salón de clases” “Ni lo intentes, ¡nunca lo lograrás!”…y bla..bla..bla. Sin embargo, el apóstol Pablo nos dijo: “Hermanos, a libertad fuisteis llamados” (Gálatas 5:13 a)
Amados, sé que quizás piensen que ese titiritero, se llama satanás o el diablo. Quizás creerán que, quien sigue moviendo nuestros hilos, es aquel nefasto personaje que sólo vino para robar, matar y para destruir (Juan 10:10 a) ¡y eso es cierto! Sin embargo, yo quiero recordarte a ti hoy, que ¡ya puedes despedir al titiritero! El no podrá tener participación en nuestras vidas ¡más allá de la que tú y yo le permitamos! Si para los demás seres de este planeta, la libertad es un derecho, para nosotros ¡es un deber!.. ¡Tenemos la obligación de mostrarle a este mundo, que somos libres! Y más aún, que somos ¡verdaderamente libres! porque ¡El Hijo de Dios es quien nos ha libertado!… (Juan 8:36) Así que nos es impuesta automática y moralmente, la tarea de mostrarle a la humanidad entera, que nuestro Salvador, no murió en vano, sino que El vino a libertar a los cautivos, a sacar a los presos de sus más profundas y dolorosas prisiones… (Lucas 4:16-21)
Como hijos de Dios, decidamos, llevar solamente el yugo del Señor, porque es fácil y ligera su carga. (Mateo 11:30) ¡Dejemos sin trabajo al titiritero! Disfrutemos de ser libres y comencemos a guiar a otros hacia esta libertad, que no es condicional, sino que es ¡completamente legítima y total!
Autora: Estela Schüsselin
Escrito para: www.destellodesugloria.org