¿Te gusta?

¿Te gusta?

te gustaSi fuiste o eres adolescente convendrás conmigo en que no hay nada más divertido que sentirse atraído por alguien del sexo opuesto. Cuando estás en la escuela lo único que quieres es que el chico o la chica te mire, haces todos tus esfuerzos para que perciba tu presencia y eres capaz de levantarte horas antes con tal de verte atractivo o atractiva para él o ella. Nadie se libra, todos hemos hecho en algún momento algo de lo cual nos avergonzamos con tal de llamar la atención de quien pretendemos. Una amiga una vez corrió una maratón que la envió directo al hospital, todo por ir al lado de quien le quitaba el sueño. Y es que cuando alguien te gusta ningún esfuerzo es sacrificio, por el contrario, es un placer. Así también cuando algo te gusta mucho. Me pasa con mi trabajo, todos los días llego antes porque me encanta lo que hago y entre antes empiece a hacerlo, mucho mejor. Si practicas algún deporte o tienes algún hobbie que disfrutas muchísimo, nada del tiempo que pasas practicándolo es pérdida, todo es un disfrute y lo harías de manera permanente.

Por tanto, en la medida que algo o alguien nos guste, más tiempo invertimos y con mayor placer lo hacemos. En el mundo cristiano no es distinto, en la medida que sentimos que estamos cumpliendo nuestro llamado o estamos en el lugar en que debemos estar, nada se hace pesado y todo es un constante disfrute y pasarlo bien. Cuando no hemos encontrado nuestro lugar en el cuerpo de Cristo es posible que sintamos que todo se hace igual y que no hay novedad, que nada realmente nos motiva a aportar o trabajar. Entonces, me pregunto lo siguiente ¿nos gusta Cristo?, ¿te gusta Dios? Sí, tal como lo leíste ¿Te gusta Jesús y su Espíritu Santo? Si Dios no nos gusta, estamos perdidos. Nada de lo que hagamos será por placer, todo será por obligación, es como tener un empleo en donde el trato no es bueno y el sueldo es muy bajo, o peor aún, tener un matrimonio arreglado como aún existe en la india, te unes a alguien que no te gusta (y que puede que ni conozcas) en una relación para toda la vida, siendo que es muy probable que ni siquiera te guste su olor o color de piel, puede leerse superficial, pero en el amor todo es complementario y una parte importante de la relación es también que físicamente sean atractivos el uno para el otro. En cambio, si Dios nos gusta, seremos como esa quinceañera que pasaba horas frente al espejo viendo cómo lucía para impresionar al chico de sus sueños, salvo que esta relación es y será la más estable, profunda y honesta que podamos llegar a tener en toda nuestra vida. Pero eso también depende de nosotros.

Una vez leí una frase que me gustó mucho:“hablar de Jesús nunca es redundar”, y es exactamente lo que pasa cuando Jesús me gusta, hablo de él, podría pasar horas hablando con Él, me encanta como es y se lo cuento a todos mis amigos y conocidos porque me parece fascinante. Me gusta mucho lo que hace con mi vida. Me gusta quién es y el poder que tiene. Me gustan los planes que tiene para que desarrollemos juntos. Me gusta la vitalidad y potencia que le da a mi vida…Simplemente ¡ME GUSTA!

Y a ti ¿Te gusta?

Autora: Poly Toro

Escrito para www.destellodesugloria.org

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