INTIMA RELACIÓN
Conforme al verso bíblico que está en el libro de los Hecho dice: Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros (…) Hechos15:28a (VRV’60)
Hay dos voluntades que se ponen de acuerdo, conforme a lo que leemos en la porción bíblica. “Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros…” Nos deja claro que es una persona y no “algo”; esto es importante.
¿Por qué es importante? Porque nos deja ver que el Espíritu Santo ha asumido los atributos de una personalidad humana. Equivale a decir que podemos relacionarnos con Él.
Recientemente hemos celebrado Pentecostés, (Levítico 23:15-16; Deuteronomio 16:9) y marca el comienzo de la iglesia primitiva, el cumplimiento de la promesa que habría de venir otro Consolador (Juan 15:26) narrado en Hechos 2 la llegada del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo tiene los atributos de una personalidad, y estos atributos son la base para toda comunión y/o relación que busquemos tener con Él. Nos han sido dados los sentidos para tener comunicación con todo lo que es materia y se nos hace difícil razonar tener relación con algo invisible, intangible pero, entendiendo que toma atributos de personalidad es como relacionarnos con nuestra esposa, esposo; y entender esto es tan importante que toma sentido vital (No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu Efesios 5:18)
El apóstol Juan nos revela que Dios es Espíritu y debemos adorarle en espíritu (Juan 4:24) Por tanto todo lo que tiene relación con Dios es en el espíritu. Cuando conocemos bien a nuestra esposa/o, no necesitamos, muchas veces, preguntar lo que piensa; con una simple mirada podemos llegar a saberlo. Hemos recorrido con ella o él bastante tiempo como para aprender su personalidad y respuesta a diferentes situaciones.
Y el secreto para relacionarnos con el Espíritu Santo está en la biblia: Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo 6:6 (VRV’60)
La palabra “aposento” antiguamente se usó para describir un lugar secreto donde se podía esconder las posesiones más valiosas. En cierto sentido, la palabra describe algo parecido a una caja de seguridad en el banco.
Sin embargo, ya en el nuevo Testamento, se usó para describir una habitación en donde el esposo y la esposa tienen intimidad. Equivale a decir que debe ser un lugar de especial intimidad. Cuando vayamos a orar, debe ser un lugar donde no haya interrupciones, para que el Espíritu Santo pueda hablar a nuestros corazones y podamos desnudar nuestros corazones ante Él; una dulce fusión entre el espíritu humano y el Espíritu divino. El punto es que debemos tener un momento y un lugar en donde nos demos por completo para tener comunión con el Espíritu Santo.
Siempre sacamos tiempo para aquello que es importante. Si realmente deseamos conocer y tener una relación íntima y personal con el Espíritu Santo vamos a tomar tiempo para ello.
Debe ser una prioridad, un asunto de decisión.
Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quién el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho. Juan 14:26 (RVR’60)
Autor: Gustavo J. Iriart
Escrito para www.destellodesugloria.org