Un destellito en las manos de Dios
Hubo un hecho sobresaliente que afectó a una madre de origen australiano, se trata de Jillian Searle, madre de dos hijos, Lachie, de cinco años, y Blake, de veinte meses. Luchando por su vida y la de los niños, fue arrastrada por el mar, hasta que le fue imposible seguir sosteniendo a los dos, debiendo decidir en esos momentos a cuál de los dos debía soltar, al fin se decidió por Lachie, y se quedó con el más pequeño. Lachie fue encontrado con vida posteriormente.
El maremoto de Indonesia
“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia”. Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Deuteronomio 30: 19; 2a de Pedro 1: 10.
Elegir es parte de la vida, y las personas lo hacen en todo momento, sin embargo, hay elecciones que pueden afectar toda la existencia, dijo Destellito, por ejemplo, casarse. Lillian, debió enfrentar una muy difícil situación, nada menos que decidir cuál de sus dos hijos debía morir, ojalá nunca ninguno de los lectores deba estar en tal trance. Para ser salvos, también el ser humano debe elegir, es hacer uso de los que se llama libre albedrío. El Señor, ha puesto en el camino de cada hombre y de cada mujer, la vida, la muerte, la bendición, y la maldición, y les ha dado la autoridad para determinar que elegir. Los que han elegido la vida y la bendición, reciben el consejo de seguir prefiriendo la elección que han hecho, hacerlo, les permitirá estar firmes en la fe.-
Por Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destelleodesugloria.org