Reflexión: El Hombre, Un Cuerpo Increíble

Un Destellito En Las Manos De Dios

cuerpo humano

Hay cosas que al hombre sorprenden, son aquellas que provocan sentimientos encontrados en él. No puede permanecer indiferente ante una puesta de sol, o al contemplar un amanecer, menos, al tener una rosa roja en sus manos sintiendo en sus dedos la textura de sus pétalos, o sentirse pequeño al enfrentarse desde una playa al inmenso mar, son sólo algunas cosas de las tantas, que los sentidos humanos pueden percibir, declara Destellito.

Sin embargo, poco se da cuenta el hombre y la mujer lo que es en sí. El cuerpo humano tiene una gran capacidad de hacer cosas realmente increíbles, algunos ejemplos: la nariz puede recordar unos cincuenta mil olores diferentes; el cerebro puede leer hasta mil palabras por minuto, también puede producir electricidad suficiente para encender una ampolleta o bombilla. Si el cerebro fuera un computador, realizaría treinta y ocho mil billones de operaciones por segundo. Los huesos son más resistentes que el acero; los ácidos estomacales pueden disolver un objeto de metal, en fin, es tan sólo una muestra. Lo lamentable de esto, es que el hombre no se ve a sí mismo como algo grandioso e increíble, y poco aprovecha las capacidades que posee, expresa Destellito.

El Hombre, Un Cuerpo Increíble.

Pero alguien testificó en cierto lugar, diciendo: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, o el hijo de hombre para que lo visites?. Le hiciste un poco menor que los ángeles. Le coronaste de gloria y de honra, y le pusiste sobre la obra de tus manos; todo lo sujetaste bajo sus pies. Hebreos 2: 6-8.

La posición del hombre ha quedado establecida desde el  momento mismo de su creación. No se compara a nada de lo creado por Dios; “le pusiste sobre la obra de tus manos” es una declaración tremenda, dice seguro Destellito. El ser humano, el hombre y la mujer son de la mayor importancia, no sólo para Dios Creador, sino que para sí mismo, y el último punto es el que Destellito quiere resaltar. Las personas deben valorarse, creerse lo que son. Provoca dolor cuando alguien maltrata su cuerpo con las drogas, el alcohol, o con el tabaco. Dios siente pena cuando un hombre se rebaja a sí mismo. Es triste ver a un borracho doblado y casi sin poder caminar, también lo es cuando existiendo muchas advertencias, se envenena llenando sus pulmones de tabaco, o contemplar a aquél con transita con sus ojos vidriosos y vacíos  por causa de la droga, podríamos ocupar mucho tiempo hablando de todo el daño que se hace la persona, consciente o inconscientemente, pero no debería ser así. Cristo Jesús vino a recuperar la dignidad del hombre y de la mujer, el que era esclavo o esclava del pecado, ya no lo eso, y por sólo creer. Mi amigo o amiga, es el momento de cambiar su estilo de vida y que a usted mismo le provoca vergüenza, seguro que lo ha intentado pero no ha podido, ¿por qué no comienza de nuevo, pero esta vez acompañado por Jesús?, Él venció las consecuencias del pecado por usted, sígalo.-

Por Oscar Olivares Dondero

Escrito para: www.destellodesugloria.org

 

 

 

 

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