Un Padre generoso con sus riquezas

Un Destellito en las manos de Dios 

un padre generosoDesde que Dios Creador sacó del interior del sol a un diminuto destellito para hacerlo un colaborador, de entre tantos que tiene el Señor, este se esfuerza mucho para agradarlo. Obedece al nombre de Destellito, y hoy nos entrega otra enseñanza bastante útil para los hijos y las hijas de Dios.

Esta es una historia relatada por un anónimo, no sabemos si es verdad pero sin duda la podemos utilizar, dijo Destellito. 

Iba yo pidiendo de puerta en puerta por el camino de la aldea, cuando tu carro de oro apareció a lo lejos como un sueño magnífico. Y yo me preguntaba maravillado quién sería ese Rey de Reyes. Mis esperanzas volaron hasta el cielo, y pensé que mis días malos habían acabado, y me quedé aguardando limosnas espontáneas, tesoros derramados por el polvo.

La carroza se paró a mi lado. Me miraste y bajaste sonriendo. Sentí que la felicidad de la vida había llegado al fin. Y de pronto, tú me tendiste tu diestra diciéndome: ¿Puedes darme alguna cosa? ¡Qué ocurrencia de tu naturaleza!  ¡Pedirle algo a un mendigo! Yo estaba confuso y no sabía qué hacer. Luego saqué despacio de mi saco un granito de trigo y te lo di. Pero que sorpresa la mía cuando al vaciar, por la tarde, mi saco sobre el suelo, encontré un granito de oro en la miseria del montón. ¡Que amargamente lloré por no haber tenido corazón para dártelo todo. Compartida la historia por Destellito, leyó en su Biblia lo siguiente:

Un Padre Generoso Con Sus Riquezas

Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Proverbios 22:4; 2a de Corintios 9:7.

Se confunde, muchas veces, la acción de dar con ofrendas y diezmos. El dar es una actitud del corazón dirigida no solo a ese compromiso importante de la Iglesia, señala Destellito, sino que también alcanza al prójimo. Santiago, expresa que no es bueno despedir al que no tiene como cubrirse o alimentarse, sin antes suplir sus necesidades (Santiago 2:15,16). Pablo, enseña que hay dos actitudes para el dar, primero, dar con tristeza, le duele al dador desprenderse, y segundo, dar por necesidad, una especie de trueque con el Señor, “yo doy pero tú me das”. Tarde entendió el mendigo de la historia, que para recibir plenamente los dones del cielo, sean espirituales o materiales, hay que darlo todo. Entienda el lector, indica Destellito, que dar no se trata sólo de dinero, aunque sí lo es, sino que también implica una entrega absoluta al Señor Jesús, en humildad y temor de Dios.

Autor: Oscar Olivares Dondero

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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