No mires a la gente que te eclipsa

No mires a la gente que te eclipsa

Había dos niños que patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación, cuando de pronto, el hielo se quebró y uno de los niños cayó al agua.

El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrar el hielo y así salvar a su amigo.

Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: “¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, ¡es imposible que lo haya podido quebrar, con esa piedra y sus manos tan pequeñas”!

En ese instante apareció un aciano y dijo: “Yo sé cómo lo hizo”.

“¿Cómo?”, le preguntaron.

Y el anciano contestó: “No había nadie a su alrededor que le dijera que no se podía hacer”.

Siempre va a venir alguien que te va a decir: “tú no puedes, eres demasiado lento, no tienes capacidad para hacerlo, jamás lo lograrás” Esa es la gente que usa Satanás porque siempre están a su disposición.

Dice la Palabra de Dios que esto le pasó a uno de los discípulos de Jesús:

“Simón, Simón, he aquí Satanás te ha pedido para zarandearte como a trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falte”

 Jesús le dijo a Pedro: Yo he rogado “Que tu fe no falte”, “no falle”, en el griego “eclipso”: eclipse. Jesús no oró para que Pedro sea valiente, fuerte y capaz, ¡no! él dijo: “¡Pedro oré para que saques fe y que la fe no se eclipse!”. No mires a la gente que te eclipsa, cuando tenemos en claro quién es Jesús, la fe no se nos eclipsa.

Hoy tú decides que vas a hacer, cuando viene un momento de zarandeo a tu vida. O sacas fe, o le das permiso al diablo para que te maltrate. Él tiene autoridad solamente sobre aquellos que le dan permiso para que él se asiente en algún área de sus vidas. Por eso la Escritura dice: “ni deis lugar al diablo” ¿a quién se lo dice? a ti y a mí, ¿qué es darle lugar en nuestra vida? ES SER INCRÉDULOS. La única forma en que él puede entrar en nuestro corazón, es por medio de la incredulidad. Por eso tienes que ejercitarte en la fe, y esa fe no viene por escuchar la radio, ni la televisión, ni leyendo los diarios, ni escuchando las opiniones de todo el mundo. Lo único que te da fe, es la Palabra de Dios. Cuando te llenas de fe, oras por los enfermos y ellos se sanan, oras por los caídos y se levantan, oras por provisión y tus manos se llenan de todo bien preciado y agradable.

“Entonces volverás a mí y confirmarás a tus hermanos”.

 “Cuando vuelvas”: ya Jesús le anticipaba que iba a pasar ese zarandeo victorioso, ¡porque iba a volver!

 “Confirmar”: iba a ser usado como un instrumento de honra para  fortalecer a mucha gente.

 Le dio el resultado antes que le venga la prueba. ¡Antes que me venga la crisis Dios ya me dijo que voy a vencer!

¿De dónde voy a volver? Voy a volver de la muerte, de la locura, del dolor, de la enfermedad, de todo lo que me lastimó, de la angustia, de la depresión, de las heridas que me dejaron algunas personas y que ahora son sólo un recuerdo transformado en un don para ayudar a otros.

Pedro fue quien empezó el avivamiento en pentecostés y fue el que dijo: “Mas el Dios de toda gracia, os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.”

Esta anécdota que escribí a continuación te ayudará a recordar como posicionarte cuando venga un dardo de fuego contra tu vida.

“El mejor jugador de golf del mundo dio una conferencia de este deporte y dijo: “En el último hoyo de un campeonato jamás fallo un tiro de tres pies” entonces un hombre levantó la mano y le dijo: “Disculpe que lo contradiga, sé que es el mejor jugador del mundo, pero yo lo vi en Inglaterra fallar un tiro a menos de un pie” el jugador se lo negó y volvió a repetirle “usted falló y lo tengo filmado” entonces el jugador volvió a responderle y le dijo “nadie puede saber mejor que yo, porque yo lo tiré”.  Al final de la conferencia el hombre estaba molesto y habló con un amigo que era psicólogo de deportistas profesionales y le dijo que cómo era posible que el jugador hubiera negado la falla si él lo había visto fallar, el psicólogo le dijo que los jugadores profesionales no es que nunca fallen, es que nunca lo recuerdan porque la próxima vez que jueguen pueden recordar el fallo y eso los puede hacer perder”.

 Lo único que tienes que recordar cada día, es que Jesús está constantemente intercediendo por ti para que tu fe no falle, no vuelvas para atrás. Cuando alguien venga a recordarte tu pasado, o las “jugadas que hiciste mal, no te detengas. Tus días tienes que caminarlos con gente de fe, que te motive y no con pesimistas. No  camines con quien no tiene tu corazón. La fe va a hacer que te juntes con los mejores. Todos tenemos que pertenecer a equipos de fe para que Dios derrame bendición y vida eterna.

HAZ LO MISMO QUE HIZO EL JUGADOR DE GOLF, CONCÉNTRATE EN EL PRESENTE, EN EL AQUÍ Y EL AHORA, HAZ HOY TU MEJOR JUGADA, USA TU MEJOR ESTRATEGIA Y ESTA VEZ, TÚ ERES QUIEN DECIDES  GANAR, PORQUE JESÚS YA CONFIRMÓ TU VICTORIA.

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

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