Temas y Devocionales Cristianos

El Poder de la Intercesión – Devocional

El Poder de la Intercesión

“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé”.

Ezequiel 22:30

Hoy recibí la petición de una hermana que me pedía que escribiera acerca de la intercesión. Podemos decir que la intercesión es un don, pues no todo el mundo está dispuesto a sacar de su tiempo para orar a favor de los demás. Sin embargo si hay una oración que conmueve a Dios es la que demuestra amor hacia el prójimo. Pues el dijo en su palabra que nos amáramos los unos a los otros.

De hecho, este versículo de Ezequiel nos habla de cómo Dios buscó entre los hombres alguien que levantase un vallado, una cerca de protección a favor de la tierra y no lo encontró.

Cuando tú tomas el papel de intercesor, estás siguiendo el ejemplo de Jesucristo quien es nuestro mediador ante el Padre y es también nuestro abogado defensor. Estás tomando ese papel de soldado que va a ayudar a pelear con la oración a su hermano, a su compañero de guerra. De manera sencilla les presentaré algunos ejemplos bíblicos de personas que tomaron el papel de intercesores y que recibieron respuesta a esas plegarias que pidieron a favor de otros.

Si mencionamos a Abraham, hablamos de un hombre que en una ocasión al Dios darle la advertencia de que vendría un juicio para Sodoma y Gomorra; comenzó a pedirle a Dios que salvará a su sobrino Lot junto con su familia. No había ni siquiera 10 personas justas en esa ciudad, sin embargo Dios se movió a misericordia a causa del amor que Abraham demostró hacia sus familiares.

Job oraba por sus hijos cada vez que hacían un banquete para que Dios los perdonara si habían cometido algún pecado. Ese amor paternal y hacia Dios hacían que él tuviera conciencia. Y aunque nadie puede otorgar la salvación, solo Jesucristo. Es conmovedor y hermoso que alguien se tomé el tiempo para orar no solo por el perdón de sus pecados, sino que también por el de los demás.

Cuando Amán quiso llevar un plan fraudulento para que el pueblo judío fuera exterminado, Mardoqueo y Ester jugaron un papel muy importante. Ellos fueron los canales que Dios usó para preservar la vida de su pueblo. Pero ellos estuvieron en oración y ayuno a favor de su pueblo judío y para que cuando Ester se presentara ante el rey no fuera ejecutada y su petición fuese escuchada.

Génesis 24 nos narra la historia de cómo Abraham envía a su criado a buscar esposa para Isaac. Y el criado hizo una oración a Dios y puso una señal para que Dios le ayudara a identificar cuál sería la mujer adecuada para su amo. Creo que fue tan sincera su oración y que él sintió tanta responsabilidad en este encargo que le habían hecho que Dios no tardó mucho en dar la señal necesaria para que aquel hombre pudiera entender que Rebeca era la mujer idónea para Isaac.

Cuando Elías quiso demostrar ante los profetas de Baal quien era el Dios verdadero, oró para que Dios mostrará su grandeza y poder. Aquel pueblo fue testigo a través de la señal de fuego del poder del Dios a quien Elías le servía.

Pero un ejemplo de lo que es ser una persona que se preocupa por los demás lo tenemos a través de Jesucristo. Analicemos con atención las palabras que le dijo a Pedro: «Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos». (Lucas 22:31-32)

Jesús sabía que Pedro iba a pasar por una gran prueba de fe y que iba a ser perseguido a causa del amor que le tenía. Y oró pidiendo por él, como también oraba por sus discípulos. Una persona que quiere ganar una victoria en medio de la batalla tiene que vivir su vida de rodillas ante Dios. Porque la oración eficaz puede mucho. Porque Dios escudriña los corazones y contesta según su voluntad.

Tal vez tú lleves orando mucho tiempo por amigos, familiares, personas o diversos asuntos y aún no has visto la respuesta. Pero no dejes de hacerlo. Soy testigo de que si estoy de pie y puedo escribir y predicar el mensaje de Dios es porque tengo unos padres, una familia, amigos y hermanos en la fe que oran a mi favor. Y aunque no siempre recibo las respuestas de la forma que espero, si recibo mucho de lo que necesito en el tiempo de Dios y él me guarda y me libra de muchos peligros.

Cuando vayas a orar recuerda no solo pedir por ti. Pide también por los demás. Pide por ellos con la misma intensidad que si lo estuvieras haciendo por ti o por alguien que amas mucho. Dios ama y bendice a las personas que sienten la responsabilidad de orar por los demás.

Son tantas las oraciones intercesoras que hay en la Biblia. Pero estás son algunas de las que quise traerles como ejemplo. Si usted desea más ejemplos puede escudriñar las Escrituras y encontrará historias interesantes de hombres y mujeres que se pararon en la brecha e hicieron la diferencia.

Levanta tu vallado a favor de otros.

Autora: Brendaliz Avilés

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