Un Destellito en las manos de Dios
Hu-Ssong, filósofo del Oriente, contó a sus alumnos que un hombre que iba de camino, tropezó con una piedra grande, la recogió y la llevó consigo. Poco tiempo después tropezó con otra e igualmente la cargó. Todas las piedras conque tropezaba, las fue cargando, hasta que eran tantas y pesadas que no pudo seguir caminando.
—¿Qué piensan del caminante?, preguntó.
—Que es un necio, ¿Para qué cargaba las piedras con las que tropezaba?, respondió uno.
—Eso es lo que hacen aquellos que siguen cargando las ofensas de otros, los agravios, y aun sus propias faltas. Todo eso lo debemos dejar atrás, y no cargar con las piedras del rencor contra los demás, y contra nosotros mismos, si hacemos a un lado la inútil carga, si no la llevamos con nosotros, nuestro camino será más ligero, y nuestro andar más seguro, dijo Hu-Ssong.
La Carga
Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo. Porque cada uno llevará su propia carga. Gálatas 6: 2,5.
Hay que reconocer que existen personas como el caminante de la historia. No se han zafado de aquellas situaciones que un día las hirieron u ofendieron. Esta falta de tratamiento impide que caminen quieta y reposadamente en la obra del Señor, y la palabra del Señor enseña que si bien cada uno llevará su carga, todos los demás deben colaborar para alivianársela. Hay que ser solidarios con los hermanos y hermanas en la fe que llevan a cuestas cargas. Ahora bien, deben existir las ganas individualmente de ser libre de aquellas realidades que se han transformado en un bulto molesto. ¿Cómo hacerlo? Permitiendo que Jesús haga liviana tú carga.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org