Un Destellito en las manos de Dios.-
La Sala de Clases.
Destellito, asombrado por la actividad que existe en una escuela, niños y niñas que corren de allá para acá; otros que animadamente cuentan a sus amigos como disfrutaron de sus vacaciones; algunos mostrando sus impecables útiles escolares; o sus nuevas mochilas; la obediencia de todos al sonido de la campana, decidió seguir a un curso mixto hacia la sala de clases. Se adelantó a todos ellos, ubicándose detrás de una gran manzana muy roja y apetitosa que alguien había puesto sobre la mesa de la profesora, desde allí podía atento a todo lo que sucedía. La curiosidad de Destellito hacía que su cabeza brillara intensamente. La profesora tomó un libro grande y comenzó a pasar lista. Todos dijeron presente menos uno, se trataba de un niño que tímidamente se levantó de su asiento levantando la mano, a una indicación de la maestra dijo que no había sido nombrado en la lista. Volvió a revisar la nomina de alumnos para comprobar que efectivamente el alumno no aparecía, y lo envió a inspectoría.
Tomando aire, Destellito abrió su boca para expresar: Dice la Biblia en Filipenses 4:3, Así mismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a estas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
El que su nombre esté inscrito en el libro de la vida es una garantía que pertenece a la Iglesia. Si es fiel a Dios Creador permanecerá allí y nadie lo moverá de su lugar. Una de las mayores demandas para el hijo de Dios es ser fiel durante toda su vida, cualquiera sea la circunstancia, y esa fidelidad será premiada el día aquel cuando sea llamado por su nombre por el Buen Pastor para entrar al rebaño eterno, y no sufrirá lo que sufrió el alumno de la sala de clases que por no estar su nombre en la lista del curso fue sacado de ella, terminó de decir Destellito.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Preparado para: www.destellodesugloria.org