La Pascua
“Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.”
Isaías 53:5 Nueva Versión Internacional (NVI)
El pueblo de Israel celebra la Pascua con motivo de su liberación del yugo de Egipto. El SEÑOR desplegó su poderío en contra de faraón y este no tuvo otra opción que dejar libre al pueblo de DIOS. Israel dejó la esclavitud para convertirse en una nación santa. La noche en que Jesucristo fue entregado Élcompartió cena con sus discípulos celebrando dicha Pascua, en esa reunión recordaron como Israel había sido redimido de su pasado. Sin embargo los discípulos no sabían que días después Jesucristo sería la razón de la Pascua. Así como tiempo antes el pueblo de Israel dejó Egipto solo hasta que ofrecieron un cordero o cabrito (Éxodo 12), Jesucristo sería ofrecido para que la humanidad dejase su esclavitud.
Cuando Jesucristo resucitó Él le dio a toda la humanidad la oportunidad de dejar su Egipto personal, su esclavitud, todo aquello que ate su alma. Él pisoteó la muerte y al diablo en la Cruz; aplastó a las tinieblas. Mediante su sacrificio todo aquel que crea en Él puede ser liberado de toda maldad, pecado o cadena.
La Pascua celebra que DIOS tuvo tanta misericordia con la humanidad que decidió hacerse hombre, llevar sobre sí los pecados de la humanidad y ser crucificado.
Querido/a hermano/a, Jesucristo pagó el precio más alto para darte libertad. No lleves en tu alma el castigo o el pecado que Él ya pagó en la Cruz. Permite que la sangre de Jesucristo limpie tu alma y todos los días te dé un nuevo y fresco comienzo.
La razón de la Pascua es Jesucristo, celébrale con tu vida.
Si tú anhelas libertad en el alma y que Jesucristo te dé descanso, haz esta oración:
“DIOS, creo que Jesucristo es tu Hijo, que pagó por mis pecados y que está vivo. Perdona mis pecados. Señor Jesús lávame con tu sangre preciosa, entra en mi corazón y sé el Señor de mi vida. Envía a mí a tu Espíritu Santo para que me guie en toda verdad y justicia. Oro esto, en el nombre de Jesús, Amén.”
Por Richy Esparza
Escrito para: www.devocionaldiario.com y www.destellodesugloria.org