Un Destellito en las manos de Dios
Considerando las razones que he planteado, expresó Destellito, les enseñare de manera simple los Diez Mandamientos, y que están involucrados en los dos que Jesús instruyó.
El Dios de todas las naciones
La Segunda Guerra Mundial provocó la ruina de muchas naciones, además de millones de muertos, tanto de soldados como de la población civil. Terminada la guerra, se efectuó una Conferencia para la firma de un tratado de paz entre los Estados Unidos y Japón.
El Señor Dean Atchison, presidente de dicha Conferencia, y al cierre del evento, despidió a los importantes asistentes con las siguientes palabras:
“Termino ésta Conferencia con palabras que en muchos idiomas, en muchas formas, y en muchas religiones, han acarreados consuelo y fortaleza: Y la paz de Dios, que sobrepuja todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús”.
No Tendrás Dioses Ajenos Delante De Mí
El presidente de aquella Conferencia, no tuvo reparos en decir que reconocía la existencia de un solo Dios, y que éste estaba involucrado en el devenir de las naciones, y que si bien la guerra había sido la causa de tanta miseria, Él podía brindarles consolación y fuerzas. Todo aquello que es importante más que Dios, es idolatría, y los hijos de Dios deben ser muy cuidadosos, porque se puede dar la ocasión que el corazón los haga poner su atención donde no se debe. La respuesta ante la pregunta si verdaderamente Dios es el Dios de su vida, lo da la intensidad de su amor a Dios, y ese amor hablará por usted y los demás reconocerán que usted ama al Señor, dijo Destellito.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org