Temas y Devocionales Cristianos

El problema de no perdonar – La mujer de sus sueños parte 4b

La mujer de sus sueños parte 4b:

El problema de no perdonar

Escrito por Lilo de Sierra

“A quien ustedes perdonen, yo también lo perdono. De hecho, si había algo que perdonar, lo he perdonado por consideración a ustedes en presencia de Cristo, para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas”.

(2 Corintios 2:10-11 NVI)

Existe una canción de Annette Moreno que se llama ‘demente’. En ella, la cantautora se refiere de manera explícita, a aquellas personas que la consideran mal de su cabeza por querer ir contra la corriente y por hacer las cosas de manera diferente. El mundo nos vende la falsa idea de que perdonar, dejar pasar por alto y cubrir con amor las faltas de nuestro esposo, es perder la dignidad y no valorarse, pero te aseguro que todas éstas premisas son falsas y que las únicas beneficiadas del perdón somos nosotras mismas.

“El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu”

 (Proverbios 15:13-31 NVI)

La mujer de los sueños de tu esposo, no juzga, no tiene resentimientos y no le echa en cara los errores del pasado.

Es difícil vivir al lado de una persona que lejos de demostrarte amor, se ensaña contigo y te hace daño constantemente a través de sus palabras y acciones llenas de desprecio, pero te aseguro es mucho más complicado tener el matrimonio soñado sin perdón.

Una ofensa tras otra ofensa no perdonada, es la materia prima para construir un muro entre los esposos que al final terminará por separarlos emocional, física y espiritualmente.

Perdonar es una decisión, no un sentimiento y el primer paso para hacerlo radica en la oración. Es no quedarnos en lo que nos han hecho, sino en lo que deseamos hacer al respecto, poner en las manos del señor el resentimiento o el rencor que se haya sembrado en nuestro corazón, para que sea Él quien restaure y sane nuestra relación y traiga un nuevo aire, donde el respeto reine en todos los sentidos.

¿Quieres competir con tu esposo?, por qué no competir en quién hace más feliz al otro o en quien es más servicial, teniendo en cuenta que cuando le sirves, realmente estás atendiendo a Cristo mismo. Puede que sientas que por más que te esfuerzas, no recibes nada por parte de él, pero nuestro Padre observa todo lo que haces para bendecirlo y por ende, tu recompensa vendrá directamente del cielo y será eterna.

“Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.”

(Lucas 6:38 NVI)

Podemos pensar que solo en el ADN femenino viene impresa la necesidad de romanticismo y que para el hombre es una utopía el querer una esposa tierna, amorosa y cursi, pero no es así. Ellos también añoran la persona de la que se enamoraron y con la que vivieron momentos especiales durante su noviazgo y anhelan que su esposa los admire, los elogie y los haga sentir el súper héroe de la historia.

Recordar lo que te atrajo de él en un principio, pedir perdón si has fallado, darle gracias a Dios por su vida, besarlo y abrazarlo varias veces al día, preguntarle qué puedes hacer por él, sonreírle, hacerle cumplidos en público y en privado, elogiarlo enfrente de su familia, hijos y colegas, reconocer sus esfuerzos por proveer lo necesario para el hogar, decir por favor y gracias, preparar su comida favorita de cuando en vez, son opciones que podrías tener en cuenta a la hora de mostrarle cuanto lo amas, ¡inténtalo!

“Un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir”

(Eclesiastés 3:6 NVI)

Escrito por Lilo de Sierra para www.destellodesugloria.org