Un Destellito en las manos de Dios
Un campesino, con mucho esfuerzo, trabajaba su tierra apoyándose con algunos caballos. En cierto día fue avisado que uno de ellos había caído al interior de un pozo abandonado, acudió presto, y evaluando la situación determinó no sacar al animal, a pesar que le pareció estaba en buenas condiciones, por el alto costo del rescate, determinando sepultar al caballo con tierra.
A medida que se lanzaba hacia el pozo gran cantidad de tierra, el animal movía enérgicamente sus patas para quedar encima, de tal modo que mientras más tierra se tiraba, más subía hacia el exterior, llegando al punto en que sí pudieron rescatarlo.
El caballo que no quería morir
Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Salmos 40:2.
El campesino, expresa Destellito, había sentenciado a muerte al caballo, considerando que no tenía forma de pagar el precio de su rescate. El noble animal había decidido dar la lucha por su vida, hizo su mayor esfuerzo y lo logró.
Mucha, pero mucha gente está al interior de un pozo de la desesperación, sin afirmarse sobre sus pies a causa del lodo, desvalidos, en oscuridad, con miedo, y lejos de toda esperanza. Pero no todo está perdido, existe Dios.
No existe una explicación valida o razonable, que indique los motivos que tienen aquellos desesperados de nuestra sociedad, para no buscar al Señor. En el Señor Jesús está garantizada la salida del pozo, es más, tiene el poder para hacer que los pies pisen sobre suelo sólido, y hacerlos disfrutar el buen caminar sobre un camino recto.
Esta enseñanza es para usted, dice Destellito, el amor de Dios quiere alcanzarle, y es bien firme su brazo para sacarlo de la situación en la que se encuentra. Quizás todo a su alrededor es pura tiniebla, pero la luz de Cristo absorbe toda negrura y confusión. El caballo de la historia determinó usar todo su instinto de supervivencia y al primer movimiento de sus patas, se dio cuenta que era posible salir del pozo. Por favor, de el primer paso, y no desaproveche la oportunidad de salvarse, de vivir una vida plena disfrutándola en la compañía de Cristo Jesús.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org