ATRAPADA EN UNA MENTIRA
¿Quién define que somos bellas?, podríamos ser los medios de comunicación o tal vez,personas que se consideran expertos en la materia.¿Alguna vez te has preguntado, en qué o en quién pensaba Dios cuando te creó?
Dios describe en su palabra la belleza de la siguiente manera:
“Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios” (1 Pedro 3:3 NVI).
Cuando buscamos la aprobación de los hombres, nos volvemos esclavos de nuestros propios deseos. Hace unos años, podía decir que tenía medidas perfectas, dedicaba 4 horas diarias de mi tiempo al gimnasio, realizaba dietas extremas, tratando de mantener una imagen de mujer hermosa ante la gente que me conocía, con la motivación de ser linda en medio de la sociedad en la que me desenvolvía. Creía que mostrar mi cuerpo, cintura perfecta y abdominales marcados, era la manera más acertada de lograr aceptación.
En mi mente tenía impreso el estereotipo de belleza típico de la sociedad actual, mi exterior cumplía expectativas, pero en mi interior, acumulaba resentimiento, un carácter recio, indiferente, poco me preocupaban las necesidades de los demás y vivía inmersa en mi egocentrismo.
Con medidas perfectas, resultado de años de trabajo, quedé embarazada. En mis dos embarazos, subí en promedio 23 kilos de peso y mi cuerpo sufrió las consecuencias que toda mamá puede ver reflejadas en el espejo, estrías, flacidez y sobrepeso.
No recuperé mi paz, a lo largo de 8 largos años, consulté varios cirujanos plásticos que me dieran la esperanza de recuperar la figura perdida, algunos fueron sinceros diciéndome que en realidad yo no necesitaba someterme a procedimientos estéticos, otros, prometieron un cuerpo de 20 años sin ningún esfuerzo y yo, me decidí por el camino aparentemente más fácil, una minilipectomia abdominal con lipoescultura láser, aumento de senos y reparación umbilical doble, todo en una sola cirugía, ignorando los altos riesgos y cediendo a mis deseos de recuperar mi figura en desobediencia, porque mi Esposo, mi cabeza, mi protector de parte de Dios, se oponía completamente a que me sometiera a todo eso.
En el primer semestre del año 2014, visitamos cerca de 4 cirujanos plásticos, todos miembros de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica. Los médicos consultados, en promedio cobraban cerca de 15 millones por todo lo que pensaba hacerme.Yo, oraba por una respuesta delante de Dios para poder recuperar mi atractivo, había ahorrado más o menos 7 millones de pesos para la cirugía y pensaba endeudarme para costear el resto.
Definitivamente, abrimos puertas para que el enemigo actúe en nuestra vida, como si fuera dueño de ella. Por sugerencia de una amiga, visitamos un Doctor, el cual creí era la respuesta a mi oración, lo que me cobraba por todos los procedimientos, era lo que tenía ahorrado, es decir, no tenía que endeudarme. Cuando entramos a su consultorio, me fijé que sobre su escritorio tenía una Biblia, al indagar, me confirmó que era Cristiano amigo de uno de los pastores de mi congregación, para mí, era la confirmación a mi oración, Dios me estaba hablando y me sentía feliz, mi sueño se iba a hacer realidad.
Pero que mentira tan infalible, olvidé por completo, que el enemigo se sabe la Biblia de memoria y que como padre de la mentira, engaña y se hace ver como la verdad, para que caigamos en su vil trampa.
Creo que Dios, intentó advertirme, le escribí a mi Pastor, pero nunca me respondió, investigué y dicho médico no hacia parte de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica. Era cirujano estético de una Universidad de Brasil que no había homologado la carrera en mi país, médico ginecólogo, no autorizado para realizar este tipo de procedimientos.
Rumbo a la clínica, consulté un foro en la web y encontré, un comentario en el que se mencionaba que éste médico, le había causado la muerte a una mujer, por un mal procedimiento en sus glúteos. En la clínica, las enfermeras hacían comentarios de su irresponsabilidad, pero yo, continué presa de mis deseos, mi carrera hacia lo que más adelante sería una prueba más de mi vida.
Me operé, mi cuerpo maltratado por los cinco procedimientos que me practiqué de manera irresponsable, reflejaba los estragos de mi decisión. El mes siguiente a la cirugía, fue muy duro, masajes, antibióticos y analgésicos, mis senos, habían quedado sin forma. Mi seno izquierdo presentaba una deformidad, sentía la prótesis y el dolor era inimaginable. Mi vientre era atravesado por la cicatriz de la minilipectomia y los orificios en mi cintura y espalda, eran la marca de mis acciones por recuperar mi cintura pequeña. La felicidad me duró poco, el cirujano me decía que debía repetir los medicamentos, lo que gasté en dinero fue cerca de 3 millones de pesos más adicionales, afectando las finanzas de mi hogar, la cicatriz selló muy bien y mi cintura se veía espectacular, pero mi seno seguía grande e hinchado y aquel médico me responsabilizaba de los malos resultados, porque dizque mi cuerpo no estaba produciendo el colágeno suficiente.
Decidimos con mi Esposo consultar otro cirujano. Diagnosticó que la prótesis no estaba bien posicionada, que habían introducido en mi cuerpoprótesis chinas de mala calidad, y que debíamos operar de nuevo para mitigar el riesgo de una infección.
Fue tal su sorpresa, que al abrir mi pecho, se encontró que la prótesis no solo estaba fuera de lugar, sino al revés. Mi músculo, estaba totalmente cercenado y mi glándula mamaria prácticamente ya no existía. Tuvo que coger puntos internos para tratar de reconstruir el tejido y dar la forma adecuada a mi seno. Me sentí devastada cuando vi las fotos, me sentía engañada, triste, traicionada, estafada, pero debía asumir las consecuencias de mi desobediencia, de haber escuchado la voz equivocada.
Por la gracia de Dios y el apoyo de mi Esposo, estoy totalmente recuperada. Estoy viva y bien, otras personas no sobreviven a éste tipo de prácticas extremas.
No está mal, tomar la decisión de cuidar nuestro cuerpo, es más, es un mandato de Dios hacerlo:
“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios” (1 Corintios 6:19-20 NVI).
Tener hábitos alimenticios saludables y estar en forma, te permiten mejorar tu calidad de vida y honrar a Dios. Lo que está verdaderamente errado, es vivir en la mentira de que debo agradar al mundo para ser feliz. La belleza incorruptible, es aquella que dura para siempre, la que deja una huella de amor en la vida de quienes nos rodean, es tener el carácter apacible y suave de Cristo para edificar las vidas de aquellas personas que aún no lo conocen.
El encanto y la belleza son pasajeras (Proverbios 31:30 NVI), pero lo que guardas y reflejas en tu corazón es eterno, real tesoro del cielo. Eres una obra de arte de Dios, Él dedicó tiempo para que fueras perfecto a sus ojos, eres hermoso(a), único(a).Lo que te hace realmente bello(a), es permanecer íntegro(a) delante de Él, valorando lo que eres como persona y como hijo(a) de Dios. El Señor nos reviste de Fuerza y dignidad, para aceptarnos a sí mismos y reconocer su obra maravillosa en nosotros, sé libre y aduéñate de ésta verdad.
Por Lilo de Sierra
Escrito para www.destellodesugloria.org