VIVIR EN LA GRACIA NO SIGNIFICA VIVIR EN LIBERTINAJE
Cuando reconocemos, aceptamos y empezamos a entender lo que Jesucristo hizo por nosotros en la cruz, es inevitable que dejemos de ser las personas que éramos, para dedicarnos a vivir una vida nueva cuyo principal propósito es dar gloria a su Santo Nombre.
La gracia y la misericordia infinita que Dios nuestro Padre nos ha concedido por medio de Jesucristo, no sólo nos ha liberado de la esclavitud de la ley, sino de la esclavitud del pecado; por lo tanto, es inaudito que una persona diga que vive bajo la gracia de Jesucristo cuando sigue practicando las mismas cosas de las que Él mismo nos ha liberado. Hacer algo así, es negar la gracia y la fe que Dios nos ha proporcionado en Cristo para ser redimidos y libres, por Él y para Él.
Entiéndase bien “por Él y para Él”, no como muchas personas lo malinterpretan “por Él y para el mundo”. Fuimos libres por Jesucristo y hemos sido libres para Jesucristo; es decir, ya no somos esclavos de la ley, del pecado, del mundo y de sus placeres ¡Somos libres! no para hacer lo que queramos, sino para hacer lo que Jesucristo quiere que hagamos y Él desea que llevemos una vida libre de todo aquello que nos separa del amor de Dios, de todo aquello de lo cual nos libertó. “Pero ahora fuimos liberados de la ley, porque morimos a ella y ya no estamos presos de su poder. Ahora podemos servir a Dios, no según el antiguo modo que consistía en obedecer la letra de la ley sino mediante uno nuevo, el de vivir en el Espíritu. Y porque ustedes pertenecen a Él, el poderdel Espíritu que da vida los ha libertado del poder del pecado, que lleva a la muerte”. Romanos 7:6, 8:2 (Nueva Traducción Viviente).
La obra redentora de Jesucristo es maravillosa, pero reitero, algunas personas suelen creer que su justificación por medio de Él, los hace libres para seguir en pecado; algo sin sentido y que desacredita por completo la obra libertadora del Señor, sencillamente porque no pudimos haber sido liberados del pecado para volver a ser esclavos del pecado, esto es algo totalmente irracional. “Por lo tanto, Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se esclavicen de nuevo a la ley”. Gálatas 5:1 (Nueva Traducción Viviente).
“Ahora bien, ¿eso significa que podemos seguir pecando porque la gracia de Dios nos ha liberado de la ley? ¡Claro que no! ¿No se dan cuenta de que uno se convierte en esclavo de todo lo que decide obedecer? Uno puede ser esclavo del pecado, lo cual lleva a la muerte, o puede decidir obedecer a Dios, lo cual lleva a una vida recta. Antes ustedes eran esclavos del pecado pero, gracias a Dios, ahora obedecen de todo corazón la enseñanza que les hemos dado. Ahora son libres de la esclavitud del pecado y se han hecho esclavos de la vida recta”. Romanos 6:15-18 (Nueva Traducción Viviente).
“Vivir en la gracia no significa vivir en libertinaje”. Somos libres en Cristo y para Cristo, somos libres para adorar al Padre, en la santidad, la justicia, el amor y la verdad que habita en nosotros por medio de su Hijo. Algunas personas creerán que vivir en santidad es imposible; y sí, es imposible en las propias fuerzas y con toda certeza vamos a fallar en cualquier momento, pero es innegable que un hijo de Dios siempre se verá confrontado por sus pecados, no puede andar por ahí tranquilamente haciendo lo que es ofensivo ante los ojos de su Señor, él sabe que debe llevar una vida recta, de arrepentimiento y entrega para que día a día sea transformada y perfeccionada por Jesucristo. “Jesús dijo: Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado”. Juan 8:31 (Nueva Traducción Viviente). Una de las principales manifestaciones que un redimido experimenta bajo la gracia de Cristo, es el aborrecimiento por aquello que lo tuvo esclavizado “el pecado”; sino, debería dudar de su libertad.
Así que, un hijo de Dios se reconoce por sus frutos, no por las obras legalistas o carnales que practica, sino por los frutos o las acciones inspiradas por el amor que habita en su corazón gracias al Espíritu Santo de Dios. “Amados hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Puede esa clase de fe salvar a alguien? Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil. Ahora bien, alguien podría argumentar: Algunas personas tienen fe; otras, buenas acciones. Pero yo les digo: ¿Cómo me mostrarás tu fe si no haces buenas acciones? Yo les mostraré mi fe con mis buenas acciones”. Santiago 2:14, 17-18 (Nueva Traducción Viviente).
“Un buen árbol produce frutos buenos y un árbol malo produce frutos malos. Un buen árbol no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Por lo tanto, todo árbol que no produce frutos buenos se corta y se arroja al fuego. Así es, de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones”. Mateo 7:17-20 (Nueva Traducción Viviente).
Como pueden observar, es imposible decir que vivimos bajo la fe y la gracia sin procurar un cambio genuino en nuestras vidas, un cambio que sólo podemos tener en Cristo Jesús. “Por lo tanto, amados hermanos, no están obligados a hacer lo que su naturaleza pecaminosa los incita a hacer; pues, si viven obedeciéndola, morirán; pero si mediante el poder del Espíritu hacen morir las acciones de la naturaleza pecaminosa, vivirán. Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios”. Romanos 8:12-14 (Nueva Traducción Viviente).
“Vivir bajo la gracia es vivir en la libertad que Cristo nos da, pero eso no significa que somos libres para vivir en libertinaje”
“Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor”.
Gálatas 5:13 (Nueva Traducción Viviente).
Autora: Marisela Ocampo Otálvaro
Escrito para www.destellodesugloria.org