¡Blancos o Negros!
Lamentablemente, en ocasiones se nos olvida el significado de este gran sacrificio, especialmente cuando Dios nos pide que hagamos algo que no nos gusta hacer; por ejemplo: dejar de hacer aquello que el Señor sabe que nos daña y que daña a las personas que existen a nuestro alrededor. Más fácil es para nosotros quejarnos y decirle al Señor: “no puedo, no soy capaz”, o tal vez, “qué tiene esto de malo, tampoco para exagerar”… mis queridos amigos, cuando Dios empieza a dirigir el control de nuestra vida, es Él quien sabe que es lo mejor para nosotros, Él nunca va a pretender hacer algo para dañarnos o hacernos sufrir; por el contrario, siempre busca regalarnos bendiciones, amor y felicidad. Pero nosotros a veces nos empeñamos en ir en contra de su voluntad, creyendo que está equivocado y que lo que nos pide que hagamos en determinado momento en nuestras vidas es exagerado. ¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen la luz por tinieblas y las tinieblas por luz, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! Isaías 5:20 (Nueva Versión Internacional).
Dios es claro con su palabra, lo único que quiere es que nos dejemos guiar por Él, la garantía que tenemos es que mientras lo tengamos a Él en nuestras vidas, todo lo que nos pase será para bien. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Romanos 8:28 (Nueva Versión Internacional).
Es hora de definir a qué bando pertenecemos, o somos de Dios o somos del mundo, o somos blancos o somos negros; pero no pretendamos llevar una doble vida, sirviendo a Dios y al mundo al mismo tiempo porque no obtendremos buenos resultados. Dios nos quiere sólo para Él y a su lado nos esperan grandes bendiciones, todo aquello que hemos anhelado tener, lo tendremos, porque Él es un Dios generoso, lleno de misericordia y justicia. Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. Mateo 7:7-8 (Nueva Versión Internacional).
Digámosle ahora mismo que queremos pertenecer a su bando, que solo Él sea quien gobierne nuestras vidas, que solo Él tenga autoridad sobre nosotros.
¡Seamos justos a la hora de amar al Señor!
Autor: Marisela Ocampo Otálvaro
Escrito para www.destellodesugloria.org