Insensibilidad Espiritual
Una de las cosas que más temor me da es llegar un día a un punto de Insensibilidad Espiritual en donde mis errores, mis pecados y mi mal andar no provoque ningún síntoma de arrepentimiento, sino que lejos de reconocer que necesito de Dios o que necesito volverme a Él, no sienta ni la mínima pizca de arrepentimiento.
Y es que no vamos a negar que hay momentos en la vida cristiana en la que NO SENTIMOS arrepentimiento por aquella acción, palabra, pensamiento o forma de vida que lejos de agradar a Dios lo está desagradando.
Hablo de esas veces en donde nos convertimos en INSENSIBLES ESPIRITUALES, en donde todo el mundo de alrededor nos consume y en donde nos sentimos mas parte del mundo, que de Dios.
Obviamente vivimos en el mundo, más no somos de él, no tendríamos que vivir conforme a sus corrientes, sino conforme a lo que la Palabra de Dios nos dicta. Pero muchas veces olvidamos eso, olvidamos que nuestra ciudadanía no es terrenal sino celestial, que nuestra misión acá en la tierra es predicar y hacer discípulos y comenzamos a vivir la vida que creemos que necesitamos y no la que Dios demanda de nosotros.
¿Cuántas veces cometes el mismo pecado y no sientes ningún arrepentimiento?, ¿Cuándo fue la última vez que lloraste delante de Dios porque te sentías mal de fallarle en aquella área que era o es tú tropezadero?, y es que no estoy hablando de pasar llorando y lamentándose todo el tiempo, ni mucho menos hablo de jugar: “a que me perdonas”, hablo de SENTIR que estoy actuando mal y tratar de HACER algo por cambiar eso que sé que está mal.
La mayoría de nosotros nos excusamos en que Dios es grande en misericordia y perdón, pero NO HACEMOS NADA por salir de esa vida equivocada que muchas veces estamos viviendo.
¿Cuándo fue la última vez que sentiste su presencia sobre tu vida?, ¿Cuándo fue la última vez que al leer una palabra de la Biblia sentiste su voz hablándote?, ¿Cuándo fue la última vez que sentiste que Dios te estaba hablando acerca de un área específica en tu vida?
A veces decimos ser “cristianos”, pero no vivimos como tales, nos preocupamos mas por todo lo demás, menos por nuestra relación personal con Dios. Buscamos añadiduras antes que su presencia.
Estoy cansado de lo insensibles que somos, estoy cansado de jugar con su perdón, con su misericordia, con su gracia, ¡NECESITO SER SENSIBLE!, ¿Tú lo necesitas?, ¡Yo lo necesito!
Hay una palabra que traspasa mi corazón, esta palabra Dios la envía a su pueblo por medio del profeta Jeremías y es tan clara que no hay margen de incomprensión, la palabra es la siguiente:
“»Jeremías, dile al pueblo: “Esto dice el SEÑOR: »‘Cuando una persona se cae, ¿acaso no vuelve a levantarse? Cuando descubre que está en un camino equivocado, ¿acaso no da la vuelta? Entonces, ¿por qué esta gente continúa en su camino de autodestrucción? ¿Por qué los habitantes de Jerusalén rehúsan regresar? Se aferran a sus mentiras y se niegan a volver. Escucho sus conversaciones y no oigo una sola palabra de verdad. ¿Hay alguien que esté apenado por haber hecho lo malo? ¿Alguien que diga: “¡Qué cosa tan terrible he hecho!”? ¡No! ¡Todos corren por el camino del pecado tan veloces como galopa un caballo a la batalla!”
Jeremías 8:4-6 (Nueva Traducción Viviente)
Al leer lo que Dios le dice a su pueblo, no puedo dejar de hacer una comparación a lo que muchas veces nosotros hacemos, muy pero muy parecido a lo que el pueblo de Israel hacia.
“Insensibilidad Espiritual”, eso es lo que en pocas palabras define este pasaje.
¿Hasta cuándo seguiremos siendo insensibles espirituales?, ¿Qué tiene que suceder para que nos demos cuenta del mal camino que muchas veces estamos transitando?, ¿Por qué permitir caer en la comodidad del pecado?
Es tiempo que nos volvamos a Dios, es tiempo que quitemos toda venda de nuestros ojos que no nos permite ver la realidad espiritual en la que estamos viviendo, es tiempo de hacer a un lado cualquier excusa y comenzar a vivir una vida de SENSIBILIDAD ESPIRITUAL, que solamente se logra a través de una verdadera relación personal con Dios.
El tiempo se acerca, cada día Dios está más cercano, mientras nosotros vivimos desenfocados de Él, preocupados por todo lo vano de este mundo, sin darnos cuenta que todo lo de aquí un día se acabara, pero lo de Él todo es ETERNO.
¡Volvámonos a Dios!, ¡Recuperemos aquella sensibilidad espiritual que un día tuvimos!, ¡Busquémoslo con corazón sincero y transparente!, estoy seguro que Dios no negara su presencia a todo aquel que con sinceridad de corazón lo busca.
¡Dejemos de ser INSENSIBLES y busquémoslo para ser SENSIBLES!
Autor: Enrique Monterroza
Para www.enriquemonterroza.com – www.devocionaldiario.com – www.destellodesugloria.org