Más del Arca de Noe: Juntos hasta el final
No debe haber sido cosa fácil para Noe construir semejante embarcación. Y aquí no sólo hablamos de los aspectos físicos, constructivos, que no son precisamente un detalle menor. Hay indicios en las escrituras que parecen indicar que en esa época no llovía en la tierra (Gen. 2:5 y 6). Noe pertenecía a la décima generación de habitantes de la tierra desde Adán. Por lo tanto, creer en, y anunciar un diluvio y de tales proporciones sobre la faz de la tierra debe haber parecido una completa y total locura. Si esto era así, le otorgó un valor añadido a la fe de Noe.
Dice la Escritura que ciento veinte años le demandó la empresa que Dios le encomendó. Muchos días de trabajo y esfuerzos. Desde producir, preparar y acopiar la madera; trasladarla hasta el lugar de la construcción, trabajar duro cada día y sin descanso en el armado de una embarcación de casi el tamaño de un transatlántico… Su esposa podría haberlo considerado un perfecto loco y abandonado. Lo propio sus hijos y respectivas esposas. Sin embargo, nada dice la Escritura sobre esto.
Mucho es lo que se ha escrito sobre esta historia. Mucho es lo que aún ha de escribirse. Pero más allá de las consideraciones que nosotros podamos vertir en este corto espacio, si hay algo que en esta oportunidad quisiera poner de relieve, es que más allá de las personas y de las circunstancias, Noe y su familia, sus hijos y sus esposas, desde el comienzo de su construcción hasta que salieron del arca; PERMANECIERON TODOS JUNTOS HASTA EL FINAL. Me emociona pensar en esto.
Me emociona pensar en cómo hace las cosas nuestro amado Dios. Hemos sido llamados a un ministerio. Sin duda, es nuestro amado Señor quien llena un papel en blanco con letras de ánimo dirigidas a quienes las esperan y necesitan. Pero hay que estar todo el tiempo pensando en esto. Hay que tomar notas. Hay que ponerse a escribir. Novias, esposas, hijos, padres, familia, están con nosotros. Es con un corazón agradecido, que miro hacia Dios por esto. Que si hoy construimos un arca, como en los días de Noe, estamos juntos hasta el final. Hoy no puedo menos que dar las gracias por esos pilares tan especiales y necesarios en mi vida y ministerio.
“…porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.”
(Filipenses 2:13 RV60)
Autor: Luis Caccia Guerra
Escrito para www.devocionaldiario.com