Despierto y aún estoy contigo
Cuando leemos el verso 6 “Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender” nos damos cuenta que el salmista estaba totalmente impresionado y abrumado ante la grandeza de Dios. Cuando tratamos de explicarnos porque Dios ha tenido tanta misericordia de nosotros, como Dios nos ha ido guiando a través de nuestra vida nos damos cuenta de la magnitud del amor de Dios.
Los versos del 7 al 12 vemos como el salmista en un intento de fuga, trata de huir de la presencia de Dios, pero ¡como ocultarse de la presencia de Dios! Ni en los cielos, ni el extremo del mar, ni en el Seol, ni pidiéndole permiso a la oscuridad para que lo cubran; todo es inútil ante nuestro perseguidor. A veces huimos de Dios, nos escondemos de su presencia, así como Jonás trato de escapar de la presencia de Dios; pero Dios siempre nos encuentra. Tenemos que darnos por vencidos ante la imposibilidad de fuga. ¿Por qué seguir huyendo?
Los versos que finalizan este hermoso salmo poético resalta la presencia de Dios en nuestra vida. Desde nuestro primer aliento de vida en el vientre de nuestra madre, la formación de nuestros huesos, de cada uno de los miembros de nuestro cuerpo, El nos ha conocido; por ende no somos capaces de alcanzar a comprender el plan maestro de Dios para con cada uno de nosotros. Aunque estuviésemos todo el día y toda la noche sumando las grandezas de Dios para con nosotros, no nos daría el tiempo y el espacio.
Recuerda lo que nos dice Jeremías 31:3 “Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.”
Recuerda que eres especial tesoro para Dios.
Autora: Lucy Carmona
Escrito para www.devocionaldiario.com