El Secreto
Romanos 5:3 (Nueva Traducción Viviente)
“¿Por qué a mí? ¿Por qué todo me sucede a mí? Mi vida es un infierno. Quisiera dejar de existir. ¡Siempre tengo que fingir una sonrisa pero detrás de esa gran sonrisa se oculta una gran tristeza!”; Es probable que estos pensamientos hayan rondado tu mente en estos días. Te lo has dicho una y otra vez, no haces más que torturarte con tanto pensamiento triste. Crees que no tienes nada porque luchar en este mundo, te crees el ser más miserable de la tierra, incluso has llegado a pensar que nada, absolutamente nada bueno te ha pasado incluyendo tu nacimiento.
Todo eso es mentira, en realidad es la mentira más grande que cualquiera haya podido crear. Tú eres un ser maravilloso, recuerda que eres la obra maestra de Dios; por lo tanto, no puedes pensar que la vida es un castigo.
El secreto para que toda esta situación que tortura tu mente es el siguiente:
No existe circunstancia “MALA”:
La palabra mala está entre comillas porque en realidad no existen. Si prestas atención te darás cuenta que las circunstancias que estas atravesando tienen un propósito, quizá no lo comprendas ahora pero te aseguro que de aquí a un tiempo no muy lejano entenderás que todo sucedió por alguna razón. Cuando estamos sujetos a Dios, TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS OBRAN PARA BIEN.
Quítate la venda de los OJOS
Tienes al frente tuyo un tesoro inigualable pero lo ignoras día a día. Tienes oro alrededor tuyo y no haces más que pensar en la plata que te falta. Tienes lo mejor de lo mejor y no haces más que ignorarlo y darle toda tu atención a cosas que son superfluas.
Pero ¿Cuál es ese tesoro?
¿Acaso no te has dado cuenta que tu corazón late? ¿Acaso no ves todo lo que hay a tu alrededor? Tienes vida mi querido hermano (a), en tu mesa estoy segura no te falta aunque sea un plato de comida.
Todo lo que en estos momentos estás viviendo será para hacer de ti un gran guerrero(a). Recordemos que la vasija necesitó pasar por el fuego para llegar a ser lo que es ahora. Una hermosa vasija.
Autora: Estephany Cordova V.
Escrito para www.devocionaldiario.com