No lo puedo dejar
Todos tenemos un área de nuestra vida que nos es un azote, algo con lo que luchamos quizá diariamente por vencer, un hábito que no hace más que avergonzarnos delante de Dios y el cual el enemigo utiliza para acusarnos y meter en nuestra mente toda clase de basura y palabras que lo único que hacen es desanimarnos y pensar que Dios no se merece un hijo como nosotros.
Sé lo que es luchar con este tipo de problemas, sé lo que es querer vencerlo y fallar en el intento. Sé lo que se siente estar delante de Dios sabiendo que le has fallado, que has hecho lo contrario a lo que Él quiere y sobre todo, sé lo que es que el enemigo te ataque como nunca, sacándote en cara todos tus errores.
A veces quisiéramos dormir y que al despertar el día siguiente todo esté solucionado, que aquella área que nos es un tropezadero ya no esté o este vencida. Pero cuando nos enfrentamos a la realidad, cuando nos damos cuenta que sigue allí, que por más que lo intentemos volvemos a caer en el mismo error, entonces llega a nuestra vida una frustración y un sentimiento de querer rendirnos o pensar que jamás lo podremos dejar.
Pero a pesar de todo esto hay algo que tenemos que tener muy en claro: NO NACIMOS SIENDO ESCLAVOS DE ESE HABITO.
A veces pensamos que no lo podremos vencer solo porque lo hemos intentado muchas veces y hemos fallado, como que si ese hábito hubiera estado siempre en nuestra vida y la verdad es que NO HA ESTADO SIEMPRE.
Pueda que ese hábito que te azota este allí desde hace muchos días, quizá meses o algunos años, pero NO HA ESTADO SIEMPRE. Antes no lo tenias, un día vivías sin él, un día no te hacía falta, un día eras libre de ello, ¿Por qué entonces ahora piensas que no puedes dejarlo?, ¿Acaso venia contigo desde el mismo día en que naciste?, ¡No!, el enemigo te quiere hacer creer que no podrás dejarlo, que te es imposible y en muchas ocasiones lastimosamente le creerás.
La Biblia dice: “Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres” Juan 8:36 (Nueva Traducción Viviente). Somos LIBRES porque Cristo nos ha hecho LIBRES, ahora ya no somos más esclavos del pecado, porque por medio de la muerte y resurrección de Jesús ahora podemos ser LIBRES, por lo tanto no creas que no puedes, porque tú no eres un esclavo, tu eres LIBRE.
También en la Biblia podemos leer: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Filipenses 4:13 RV1960, en la versión Nueva Traducción Viviente el mismo versículo dice: “Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas”. Si tomamos literalmente estas palabras podemos comprender que NO HAY NADA que no podamos hacer por medio de Cristo. Él es quien te da las fuerzas para conquistar lo perdido, Él es quien te ayuda.
Por último encontramos en 2 Timoteo 1:7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. Este es uno de mis versículos favoritos y en especial la ultima parte: DOMINIO PROPIO. Eso quiere decir que nosotros con la ayuda de Dios podemos decir: ¡Basta ya! a eso que te ha estado afectando tanto. No es que las cosas te dominen; porque Dios te ha dado el dominio propio para decir: NO a eso que te afecta.
A veces no es que no lo podamos dejar, sino que simplemente no queremos dejarlo, tal vez porque te es un refugio para tus momentos de tristeza, quizá porque te has acomodado a vivir de esa manera a pesar que sabes muy bien que eso no es agradable delante de Dios o porque simplemente crees que no puedes y por tal razón no intentas superarlo.
Hoy quiero motivarte a que lo intentes a que con la ayuda de Dios puedas lograrlo, solo recuerda tres cosas: Cristo te ha hecho LIBRE, TODO lo puedes con su ayuda y Él te doto de DOMINIO PROPIO.
No le creas mas al enemigo que te quiere hacer pensar que no podrás superarlo, que Dios ya ha de estar cansado de escucharte arrepentido mil veces por lo mismo, que Dios ya no te perdonara mas porque eres caso perdido. ¡Mentiras! Todas esas son mentiras sin fundamento, porque Dios es totalmente lo contrario a lo que el enemigo quiere describir sobre Él.
Dios es un Dios perdonador, un Dios restaurador, un Dios de nuevas oportunidades, un Dios que siempre querrá lo mejor para ti y el cual estará dispuesto a ayudarte cuando te decidas a INTENTARLO.
Hoy tienes que saber que Dios quiere ayudarte, ya no tienes que batallar en tus propias capacidades con ese hábito que te ha causado muchas lágrimas de arrepentimiento y de autoculpa. Dios quiere ayudarte a superarlo, pero para ello tienes que comprender que PUEDES HACERLO, que junto a Él TODO lo puedes hacer y por lo tanto necesita de ti el DOMINIO PROPIO para que en el momento que estés apunto de fallar nuevamente puedas decir ¡NO! Porque Dios estará a tu lado en ese momento para darte la capacidad de vencer.
Tú eres un príncipe de Dios o una princesa de Dios, no hay nada que pueda vencerte cuando Dios esta de tu lado, ¡Vamos! No te des por vencido, tú no naciste para ser esclavo de ese hábito negativo, tú has sido llamado a LIBERTAD y por lo tanto es hora de apropiarte de esa LIBERTAD que Dios te quiere otorgar.
Hoy quiero terminar haciendo una oración especial sobre todos aquellos que de una u otra forma sienten que no pueden dejar aquel hábito que seguramente desagrada a Dios:
“Padre que estas en los cielos, gracias te doy por tus bondades y misericordias sobre nuestras vidas, tu eres Dios Soberano, gobiernas sobre nosotros, nuestra vida te pertenece, por lo tanto Dios mío, en esta hora quiero pedirte por la vida de todas aquellas personas que de una u otra forma están siendo esclavas de hábitos ocultos y desagradables, te pido que pongas en ellos la convicción de que son LIBRES, que tú los has hecho LIBRES. Señor te pido que des la fortaleza, el dominio propio, la determinación, la voluntad de querer salir adelante, de dejar todo aquello que está afectando su relación personal contigo, toma tu el control de sus vidas, toma tu el timón de su barca, a partir de este día ellos puedan ser mas fuertes a la hora de enfrentarse a ese hábito, que en el momento que se presente la oportunidad para fallar, ellos tengan la capacidad de decir NO y con ello honrarte, ayúdales Señor, tómalos de la mano y no los sueltes, que esos momentos de debilidad ellos puedan sentir como tu estas a su lado para fortalecerles. Señor te lo pido con todo mi corazón, creyendo en que tú así lo harás. Gracias Señor, Gracias Dios mío Santo, te amamos Padre, gracias, en el Poderoso Nombre de tu Hijo amado Jesús, Amén”.
¡Si puedes porque Dios es tu ayudador!
Autor: Enrique Monterroza
Para www.enriquemonterroza.com – www.devocionaldiario.com – www.destellodesugloria.org