GRACIAS, GRACIAS; ¡MUCHAS GRACIAS!
Es por ello que hoy decimos “Gracias” primeramente al Señor porque nos sostiene a pesar de nuestras caídas y a pesar de nosotros mismos.
“Gracias” a todos Uds. por leernos, compartir nuestro escritos con otras personas y por apoyarnos en oración. Sin vuestras valiosas oraciones no seríamos nada.
“Gracias” a todos Uds. por permitirnos compartir nuestras experiencias. Prefiero decir que compartimos vivencias, no que enseñamos. Enseña el que mucho sabe. Nosotros solamente compartimos con Uds. a través de este medio lo que el Señor nos va mostrando y poniendo en el corazón. Y en esto tienen una gran parte nuestros amados lectores.
Este es el Ministerio que el Señor nos dio. Y como tal tiene sus dificultades, sus pruebas, sus necesidades, sus contratiempos. El maligno no está de acuerdo con lo que hacemos y no pierde oportunidad de ponernos, “palos en las ruedas”, tropiezos en el camino.
Es por ello que una vez más les decimos “¡Gracias!” a todos Uds. Esa pequeña palabra de siete letras que tanto significado encierra, desde lo más profundo del corazón.
Primeramente, doy gracias a mi Dios por Jesús, el Cristo, acerca de todos vosotros, de que vuestra fe es predicada en todo el mundo.
(Romanos 1:8 RV2000)
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os es dada en el Cristo Jesús;
(1 Corintios 1:4 RV2000)
Autor: Luis Caccia Guerra
Escrito para www.devocionaldiario.com