¿Quién te dijo que Dios no te ama?
Malaquías 1:2a (Nueva Traducción Viviente)
Hoy Dios me inquieto a escribir sobre su amor hacia nosotros, ese amor que excede nuestra imaginación, ese amor que es Perfecto y en el cual no hay sombra de variación.
Y es que a veces pensamos que Dios nos deja de amar, creemos que somos tan malos y El decidió no amarnos más. Y es que nuestros recurrentes errores, nuestras faltas, aquellas áreas de nuestra vida que no hemos podido vencer o el comentario de alguien “muy espiritual” reprochando nuestras debilidades nos hizo creer o pensar que a lo mejor Dios ya no nos ama más.
Para tratar de entender el amor que Dios nos tiene, tenemos que tener una mente más abierta, y el problema de la mayoría de nosotros es que desde niños nos enseñaron acerca de un Dios que castiga, un Dios que se enoja y que no quiere a los que hacen el mal.
La imagen que nos mostraron de Dios es muy diferente a la que la Biblia nos muestra, más allá de “los castigos”, la Biblia dice que Dios es amor (1 Juan 4:8).
Muchos de nosotros crecimos espiritualmente en Iglesias en donde si cometías un error todos nos daban la espalda y nos trataban como a leprosos, algo que es totalmente contrario a lo que Dios nos muestra o al ejemplo que Jesús nos vino a dar a la tierra.
Y es que hay que ceder un poquito para poder entender lo que estoy escribiendo, te seré sincero en decirte que mis primeros años en el cristianismo me creía alguien perfecto y que jamás fallaba. Miraba a los que fallaban como inmerecedores de Dios. En algún momento fui duro, me era fácil notar los errores de otros, pero no me había dado cuenta que la forma de actuar de Dios frente a los fallos es distinta.
Dios no te saca en cara tus fallos, no te recrimina, no te aparta, al contrario El te levanta, te sacude el polvo, cura tus heridas y te da nuevas oportunidades, la Biblia dice en Lamentaciones 3:22 que por su misericordia no hemos sido consumidos, tanto nos ama que cada día nos da la oportunidad de reivindicarnos con El.
Su amor, su misericordia, su gracia incomparable hace que mi corazón hoy en día se derrita, a veces no alcanzo a entender cómo es que El me ama, como es que a pesar de mis errores me sigue amando, como es que a pensar de mis recurrentes fallas me sigue usando y es allí cuando El me demuestra lo mucho que me ama y como su amor es difícil de entender.
Quizá en algún momento tú has sido duro con alguien o contigo mismo, quizá lo fuiste hoy o hace días, quizá hace un tiempo, te era fácil ver los errores de los demás, llegabas al punto de hacer sentir mal a las personas porque a lo mejor tenían luchas fuertes en su vida por tratar de agradar a Dios y fallar.
Señores y Señoras, ¿No se han dado cuenta que viven en un cuerpo corrupto? (1 Corintios 15:53), ¿No se han dado cuenta que por más que queramos ser perfecto, siempre fallamos?, Nos es fácil hacer lo que va en contra de lo que Dios quiere, pero nos es difícil hacer lo correcto que quisiéramos hacer (Romanos 7:19) ¿No se han dado cuenta que a pesar de que fallamos, Dios nos sigue amando y bendiciendo?
Todo esto me lleva a pensar que Dios no me dejara de amar y más aun cuando ve en nosotros la intención de tratar de agradarlo, de tratar de buscarlo, de tratar de mejorar aquello que nos es difícil, yo me imagino a Dios viéndonos con unos ojos de amor, cual Padre que ama en sobremanera a sus hijos, viendo lo mucho que nos cuesta, pero lo mucho que seguimos intentándolo.
Yo creo en un Dios lleno de amor y lleno de misericordia hacia sus hijos, en un Dios que me ama aun cuando creo no merecerlo, un Dios que estuvo dispuesto a enviar a su único Hijo a morir por mis pecados, un Dios que a pesar de mi errores me sigue levantando y sigue creyendo en que puedo lograrlo, ese Dios lleno de amor me hace que me enamore cada día más, ese Dios hace que de mis ojos salgan lagrimas, esas lagrimas que son el reflejo de mi sentimiento al percatarme que Él aun sigue conmigo porque puedo verlo a través de las situaciones que pone en mi vida, porque puedo sentirlo, ese Dios que un día me llamo, me perdono, me restauro y ahora no deja de bendecirme, porque no mido su bendición a través de lo material, ni emocional, sino a través de lo espiritual y que solo Él puede hacerme sentir.
Quizá tú has pensado en algún momento que Dios te ha dejado o te dejara de amar, Dios jamás lo hará, porque su amor hacia tu vida es eterno, El te sigue amando igual como el mismo día en que te encontraste por primera vez con El, cuando andabas perdido y sin rumbo y El te extendió los brazos, fuiste a Él y te abrazo de una forma en la que por primera vez en tu vida te sentías seguro.
Ese mismo Dios con el que te encontraste ese día especial es el mismo que aun te sigue amando y que anhela ver en ti la disposición de corazón de seguir luchando, de seguir intentando agradarlo en todo y aun cuando falles, El estará allí para levantarte, restaurarte y llevarte de su mano para que no te alejes mas.
Su amor es incomparable, su amor no hace más que hacerme sentir el hombre más dichoso sobre la faz de la tierra, mi vergüenza es cubierta por su gracia, mis errores cubiertos por su misericordia y mi corazón simplemente le pertenece a Él.
Yo se que tu amas a Dios, yo lo amo mucho también y sé que pese a que no somos los mejores hijos que El pueda tener, en nosotros hay una intención grandísima de vivir cada día para El, no hay mayor pago hacia el amor que El nos ha mostrado que seguirlo todos los días de nuestra vida.
No te autoexcluyas de su amor, no le des más vueltas en tu cabeza tratando de entender como Dios te va amar después de tus errores, porque tienes que entender una sola cosa, y esta es:
¡Dios simplemente TE AMA!
“yo me aparecí a él de lejos.
Yo te he amado con amor eterno;
por eso te sigo tratando con bondad”.
Jeremías 31:3 (Dios Habla Hoy)
“Yo corregiré su rebeldía
y los amaré de pura gracia,
porque mi ira contra ellos se ha calmado”.
Oseas 14:4 (Nueva Versión Internacional)
Autor: Enrique Monterroza
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