Hacedlo todo para el Señor
Yo siempre he trabajado para el Señor, cada cosa por mínima que haga siempre lleva el objetivo de hacerlo para Él. Y no todo siempre ha sido fácil, hubieron tiempos en los que tuve que batallar con mi orgullo, momentos en los que nadie quería hacer aquello y me tocaba hacerlo a mi solo.
No voy a negar que en momentos me confronte a mí mismo diciéndome: “¿Por qué hago esto?”, “¿Por qué no lo hace otro?” y cosas como esas, pero siempre después de esos momentos de confrontación conmigo mismo, siempre terminaba comprendiendo que lo que hacía ni importando que me tocara solo a mí, lo hacía para el Señor.
Hoy en día aun sigo teniendo el mismo concepto de servicio, pero mirando hacia atrás me doy cuenta que lo duro que en momentos me toco hacer a mi solo, fue recompensado por el Señor y es que me doy cuenta lo hermoso que es servirle a Él, mi corazón se regocija cuando se que he podido llevar a cabo algo para honrarlo.
Quizá tu estés pasando por un momento de esos, en donde te han dejado solo haciendo aquel trabajo en tu congregación, quizá te sientes solo, quizá te has confrontado a ti mismo preguntándote: “¿Por qué lo hago?”, pero aun así has seguido haciéndolo y déjame decirte que Dios te ha de recompensar de alguna forma.
Cuando tú haces algo para el Señor, eso jamás queda olvidado, El lo toma en cuenta y a su tiempo cosecharas lo que sembraste.
No te sientas manipulado, usado o aprovechado, al contrario, trata cada día de realizar ese trabajo con el mayor amor posible, reconociendo siempre que tú le sirves al Señor y que todo lo que haces lo haces para El.
Quizá nadie se fije en lo que haces, a lo mejor no recibirás una felicitación o una palmada por tu trabajo, pero son esas acciones en secreto las que te llevaran a obtener del Señor grandes bendiciones.
Hoy quiero animarte a seguir trabajando para el Señor, a que no desfallezcas, a que tomes como tuyo ese trabajo de la forma que sea y que cada día haya en ti el deseo de hacerlo mejor, sabiendo que a quien le debes tu trabajo es al Señor.
Nunca sientas que tu trabajo es en vano, porque jamás lo será, Dios ve tu corazón, ve la intención que hay en él, sabe lo que muchas veces te cuesta hacer, pero que aun así lo haces y créeme que Dios lo toma muy en cuenta.
¡Trabaja cada día reconociendo que lo que haces, lo haces para el Señor!
“Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor y no a los hombres. Pues ya saben que, en recompensa, el Señor les dará parte en la herencia. Porque ustedes sirven a Cristo, que es su verdadero Señor”.
Colosenses 3:23-24 (Dios Habla Hoy)
Autor: Enrique Monterroza
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