Temas y Devocionales Cristianos

Recibí a Jesucristo, ¿Y ahora que?

RECIBI A JESUCRISTO…. ¿Y AHORA QUE?

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a si mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

1a. Timoteo 2:5-6

Recibí a Jesucristo… ¿Y ahora Qué? Esta era la pregunta que yo misma me hice y le hice a nuestro Padre, cuando conocí y recibí a Jesucristo, como mi único y suficiente Señor y Salvador, lo cual sucedió hace 14 años y que hoy traigo a colación porque seguramente muchos se hacen o se han hecho alguna vez esta pregunta y para algunos que aun se debaten en un mar de confusiones entre sus creencias, su pasado, la metafísica, la nueva era y el significado del Cristianismo o que simplemente se preguntan como funciona este proceso y qué es exactamente lo que Dios hace en su obra majestuosa; pero quiero dejar claro que este conocimiento y el amor y anhelo de compartirlo con todos ustedes, no proviene de mi, sino del Señor, quien permitió que antes de tener un encuentro personal con El, conociera y practicara todo lo concerniente a estas teorías conocidas como Nueva Era y Metafísica, que por sus contenidos pueden causar mucha confusión entre los nuevos creyentes, pues usan términos, palabras y significantes que son muy parecidos a los encontrados en La Biblia, se basan en algunos hechos y oraciones Bíblicas y aun sus fines o propósitos pueden parecer los mismos que Dios tiene para sus hijos, como son la paz, el amor, el perdón, la prosperidad, el bienestar, la felicidad, la salud, etc.

Para poder diferenciar entre la verdad y la mentira, cuando aceptamos a Jesús como nuestro único y suficiente Salvador y recibimos Su Espíritu de Gracia, Dios nos da el discernimiento, que es la facultad espiritual que esta en nuestra conciencia y que nos ayuda a diferenciar lo bueno, lo malo, lo correcto y lo incorrecto, lo que es de Dios y lo que es del mundo; Dios ha puesto delante de nosotros, las bendiciones para los que le aman y le obedecen, pero también las maldiciones para los rebeldes que no quieren sujetarse a El y reconocer a Jesucristo, su unigénito Hijo, El Cristo, como el único mediador entre Dios y los hombres; la decisión es nuestra, pues todo ser humano esta dotado de libre albedrio, (su voluntad); el problema radica en que muchos creen que están en el camino correcto, cuando en verdad no lo están y esto se debe a que experimentan cambios benéficos en su vida, como paz, progreso, salud y felicidad, pero todos estos estados emocionales en realidad les crea una ilusión y los incapacita para encontrar la verdadera luz de la verdad que esta solo en Jesucristo.

El nombre técnico y Bíblico que agrupa todas estas creencias del mundo es Paganismo, porque adora lo creado y no al creador, a ángeles “de luz” cuando en realidad pueden ser ángeles de tinieblas; a la naturaleza, los elementos primarios de vida de las plantas, a la mente, al hombre, a vírgenes y cristos crucificados, en vez de al Dios vivo y Real que habita por medio de Su Espíritu en cada uno de los cristianos; espera y pone su confianza en héroes de carne y hueso, en el dinero y en el futuro, en las empresas, la ciencia del mundo y la tecnología, en vez de ponerla en el Dios que hizo los cielos y la tierra, en Su Hijo, el Mesías del Pueblo Judío, de donde viene nuestra fe, Jeshua y es verdaderamente muy triste ver como los caminos de los seres humanos conducen todos a su propia destrucción; de pronto en un abrir y cerrar de ojos, todos sus dioses e ídolos, a quienes ellos veneran y la misma naturaleza, se vuelve contra ellos y los destruye y con ellos se va también la esperanza de algún día tener un encuentro cara a cara con La Verdad.

Todas estas teorías y sus disciplinas, te permiten por medio de la concientización, racionalización, relajación y concentración, palpar y experimentar momentos fugaces de paz, bienestar, amor, plenitud, y permiten conexiones espirituales, pero no eliminan la basura, (el pecado) ni resuelven los problemas de raíz, ni tampoco garantizan la entrada al paraíso o cielo.

Para entender un poco mas lo anterior, voy a poner un ejemplo real: cuando yo era adolescente, aun no había terminado mi secundaria, pero quería ir a la Universidad a estudiar Psicología; como no podía llenar los requisitos que la Universidad exige para estudiar una carrera, (ser bachiller y pasar un examen de conocimientos) tuve que inscribirme como “asistente” es decir que podía presentarme a la clase, participar en algunos test, pero sin que mi nota o calificación contara para la U, porque legalmente yo no aparecía en la lista de asistencia regular, no estaba matriculada y por tanto no podría por este medio nunca graduarme y adquirir un titulo que me acreditara para ejercer esta profesión.

En la vida todos somos asistentes inscritos en la misma escuela y aquí encontramos muchos maestros, filosofías, teorías, creencias, culturas, y conocimientos que se nos enseñan y nos ayudan para desenvolvernos y afrontar la vida como adultos y algunas de estas escuelas van mas allá de lo físico y se han desarrollado infinidad de disciplinas que tratan de explicar la vida interior y espiritual del hombre y lo que hay después de la muerte y cada una de estas escuelas buscan graduar a sus estudiantes, haciéndoles creer lo que ellos también creen y asumen como verdad y hasta pueden degustar algunos de sus beneficios, que nunca serán de su propiedad, pues no tienen los títulos.

Existe por Gracia, una Escuela Superior o Universidad que es el Reino de los Cielos, a donde solo pueden asistir y graduarse, los que allí se matriculen, previamente llenado los requisitos que esta Universidad exige; solo van allá los que hayan inscrito correctamente, se hayan matriculado y hayan cumplido con el requisito que Dios estableció a través de su Hijo Jesucristo y están inscritos en el libro de la vida y además tienen un sello especial en sus frentes (una identificación) que los acredita como verdaderos estudiantes y herederos, como hijos de la Luz y éstos pueden entrar a estas aulas, cuando y como quieran, porque son de allí, pertenecen allí, Jesús los reconoce y ellos reconocen a Jesús.

A la luz de un cristiano debe ser fácil de entender, pues sabemos que Dios entregó a Su amado todo gobierno en la tierra y en el cielo y porque sabemos el valor del sacrificio que Cristo hizo por todos y cada uno de nosotros en la cruz. ¿Entonces que pasa inmediatamente después de recibir a Cristo?

1º. La Vida espiritual comienza con la regeneración, que consiste en – recibir – la misma Vida de Dios; no se trata de entendimiento o razonamiento mental, ni de comprensión humana, ni mucho menos de actividad emocional.

2º. La meta de Dios – La Salvación – para regenerarnos, necesitamos ser liberarnos por medio de la vida nueva que Dios nos dio cuando nos convertimos a Cristo por medio de su Santo Espíritu, hacernos libres del peso del pecado, romper las cadenas que nos ataban y nos hacían pecar, es decir liberación del pecado; liberación también de nuestra naturaleza humana pecaminosa que esta tanto en el cuerpo como en la mente, (basura) es decir liberarnos de lo natural (la carne) y de lo sobrenatural (en el alma) que produce pecado.

3º. Purificarnos, sanarnos y formamos de nuevo para que seamos aptos de compartir las riquezas de Su Hijo Jesucristo, servirle y reinar con El, eternamente. Pero esto no sucede todo en un solo día, en el proceso, en el camino, durante el tiempo que el requiera para ello, antes de llegar a la tierra prometida (al cielo) tenemos que atravesar un desierto de dificultades, estar privados de alimento solido y agua, debemos ser puestos a prueba y pasar por pruebas de fuego, sufrir desengaños, traiciones, perdidas y en muchos casos hasta experimentar dolores que aunque creamos que son demasiado, la verdad es que los podemos soportar, pues ninguno se compara con el sufrimiento del Mesías. Es como una semilla plantada que no va a crecer, florecer y dar frutos en un solo día; imagínate que tu eres un recipiente que a su vez contiene otros dos recipientes en tu interior (cuerpo, alma y espíritu), siendo el externo, el físico o cuerpo; el interno o psíquico, el alma y mas interno, el espíritu; en este ultimo (que esta en tinieblas) de repente se enciende una luz y comienza a brotar una fuente de agua viva, que comienza a irrigar, regar o verterse dentro de los otros dos (alma y cuerpo) y que a medida que los va llenando, comienza a vaciarlos de sus antiguos contenidos, a limpiarlos, a esclarecer y separar la luz de las tinieblas (la verdad de la mentira) a regenerando mente y cuerpo, hasta que todo nuestro ser, estén sujetos y sean uno solo con el Creador. ¿No es maravilloso?

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo;
Y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,
Sea guardado irreprensible para la venida de nuestro
Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará

1ª. Tesalonicenses 5: 23-24

Autor: Hefzi-ba Palomino

Escrito para www.devocionaldiario.com